7.3.14

El Viernes después Miércoles de Ceniza


Oración Matutina Diaria

Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 1 San Juan 1:8, 9

Confesión de Pecado
Dios de misericordia, confesamos que hemos pecado contra ti por pensamiento, palabra y obra, por lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer. No te hemos amado con todo el corazón; no hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Sincera y humildemente nos arrepentimos. Por amor de tu Hijo Jesucristo, ten piedad de nosotros y perdónanos; así tu voluntad será nuestra alegría y andaremos por tus caminos, para gloria de tu Nombre. Amén.

Dios omnipotente tenga misericordia de nosotros, perdone todos nuestros pecados por Jesucristo nuestro Señor, nos fortalezca en toda bondad y por el poder del Espíritu Santo, nos conserve en la vida eterna. Amén.

Invitatorio y Salterio

Señor, abre nuestros labios.
Y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Misericordioso y clemente es el Señor: vengan y adorémosle.

Venite Salmo 95:1-7
Vengan, cantemos alegremente al Señor; *
aclamemos con júbilo a la Roca que nos salva.
Lleguemos ante su presencia con alabanza, *
vitoreándole con cánticos;
Porque el Señor es Dios grande, *
y Rey grande sobre todos los dioses.
En su mano están las profundidades de la tierra, *
y las alturas de los montes son suyas.
Suyo el mar, pues él lo hizo, *
y sus manos formaron la tierra seca.
Vengan, adoremos y postrémonos; *
arrodillémonos delante del Señor nuestro Hacedor;
Porque él es nuestro Dios;
nosotros el pueblo de su dehesa, y ovejas de su mano. *
¡Ojalá escuchen hoy su voz!

Salmo 31
En ti, oh Señor, he esperado;
no sea yo avergonzado jamás; *
líbrame en tu justicia.
Inclina a mí tu oído; *
apresúrate a librarme.
Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme;
porque tú eres mi risco y mi castillo; *
por tu Nombre me guiarás y me encaminarás.
Me sacarás de la red que han escondido para mí, *
pues tú eres mi refugio.
En tu mano encomiendo mi espíritu; *
tú me has redimido, oh Señor, Dios de verdad.
Aborrezco a los que se adhieren a ídolos inútiles, *
y pongo mi confianza en el Señor.
Me gozaré y alegraré en tu misericordia; *
porque has visto mi aflicción;
conoces la angustia de mi vida.
No me entregaste en mano del enemigo; *
pusiste mis pies en lugar espacioso.
Ten misericordia de mí, oh Señor, que estoy en angustia; * se
han consumido de tristeza mis ojos,
mi garganta también y mi vientre;
Porque mi vida se va gastando de dolor,
y mis años de suspirar; *
se agotan mis fuerzas a causa de mi aflicción,
y mis huesos se han consumido.
De todos mis enemigos he sido oprobio, y de mis vecinos mucho más,
y pavor a mis conocidos; *
los que me ven fuera huyen de mí.
He sido olvidado como un muerto, desechado de toda memoria; *
he venido a ser como un vaso quebrado.
Porque he oído el cuchicheo de muchos;
"por todos lados hay miedo"; *
consultan juntos contra mí;
conspiran para quitarme la vida.
Mas yo en ti confío, oh Señor; *
dije: "Tú eres mi Dios.
En tu mano está mi destino; *
líbrame de la mano de mis enemigos,
y de mis perseguidores.
Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; *
sálvame por tu misericordia".
No sea yo avergonzado, oh Señor, ya que te he invocado; * sean
avergonzados los malvados;
estén mudos en el sepulcro.
Enmudezcan los labios mentirosos,
que hablan insolencias contra el justo, *
con soberbia y menosprecio.
¡Cuán grande es tu bondad, oh Señor!
que has guardado para los que te temen; *
que has mostrado, delante de todos,
a los que confían en ti.
En lo secreto de tu presencia los escondes
de cuantos los calumnian; *
los resguardas en tu abrigo de la querella de lenguas.
¡Bendito sea el Señor! *
me ha demostrado la maravilla de su amor en ciudad sitiada.
Decía yo en mi desmayo,
"Cortado soy de delante de tus ojos", *
pero tú oíste la voz de mis ruegos, cuando a ti clamaba.
Amen al Señor, todos ustedes que le adoran; *
a los fieles guarda el Señor,
y castiga con creces a los que obran con soberbia.
Fortalézcanse los que esperan en el Señor, *
y tome su corazón aliento.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Las Lecciones

Ezequiel 18:1-4, 25-32
El Señor se dirigió a mí, y me dijo: "¿Por qué en Israel no deja de repetirse aquel refrán que dice: 'Los padres comen uvas agrias y a los hijos se les destemplan los dientes'? Yo, el Señor, juro por mi vida que nunca volverán ustedes a repetir este refrán en Israel. A mí me pertenece todo ser humano, lo mismo el padre que el hijo. Aquel que peque, morirá. Ustedes dirán que yo no estoy actuando con justicia; pero escucha, pueblo de Israel, ¿piensan ustedes que yo no estoy actuando bien? ¿No será más bien lo contrario, que son ustedes los que están actuando mal? Si el justo deja de hacer lo bueno y hace lo malo, morirá por culpa de sus malas acciones. Por el contrario, si el malvado se aparta de su maldad y hace lo que es recto y justo, salvará su vida. Si abre los ojos y se aparta de todas las maldades que había hecho, ciertamente vivirá y no morirá. Pero el pueblo de Israel dirá que yo no actúo con justicia. ¿Que yo no actúo con justicia? ¿No será más bien el pueblo de Israel el que no actúa con justicia? Yo los juzgo a cada uno de ustedes, israelitas, de acuerdo con sus acciones. Yo, el Señor, lo afirmo. Abandonen de una vez por todas sus maldades, para que no se hagan culpables de su propia ruina. Apártense de todas las maldades que han cometido contra mí, y háganse de un corazón y un espíritu nuevos. ¿Por qué habrás de morir, pueblo de Israel, si yo no quiero que nadie muera? Apártense del mal y vivirán. Yo, el Señor, lo afirmo."

Cántico de Penitencia Kyrie Pantokrator
Oración de Manasés 1-2, 4, 6-7, 11-15

Señor Dios, Rey del universo, *
Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob,
y de todo su justo linaje:
Tú hiciste los cielos y la tierra, *
con toda su inmensa formación.
Ante tu presencia todas las cosas se estremecen con temor;
tiemblan a causa de tu poder.
Sin embargo, tu benigna promesa es inmensurable, *
y sobrepasa cuanto podemos sondear.
Señor, tu compasión es abundante, *
paciente y rica en misericordia.
Retienes tu mano; *
no nos castigas como lo merecemos.
Por tu gran bondad, Señor,
has prometido el perdón a los pecadores, *
para que se arrepientan de su pecado y sean salvos.
Ahora, Señor, doblo la rodilla de mi corazón, *
y apelo a ti, confiado en tu bondad misericordiosa.
He pecado, oh Señor, he pecado, *
y reconozco a fondo mi iniquidad.
Por tanto, humildemente te imploro: *
¡Perdóname, Señor, perdóname!
No permitas que perezca en mi pecado, *
ni me condenes a las honduras del abismo.
Pues tú, Señor, eres Dios de los que se arrepienten, *
y en mí manifestarás tu benevolencia.
Indigno como soy, tú me salvarás,
de acuerdo con tu piedad inmensa, *
y cantaré sin cesar tus alabanzas todos los días
de mi vida.
Todas las potestades celestiales te aclaman, *
y tuya es la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Filipenses 4:1-9
Por eso, mis queridos hermanos, a quienes tanto deseo ver; ustedes, amados míos, que son mi alegría y mi premio, sigan así, firmes en el Señor. Ruego a Evodia, y también a Síntique, que se pongan de acuerdo como hermanas en el Señor. Y a ti, mi fiel compañero de trabajo, te pido que ayudes a estas hermanas, pues ellas lucharon a mi lado en el anuncio del evangelio, junto con Clemente y los otros que trabajaron conmigo. Sus nombres ya están escritos en el libro de la vida. Alégrense siempre en el Señor. Repito: ¡Alégrense! Que todos los conozcan a ustedes como personas bondadosas. El Señor está cerca. No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también. Así Dios les dará su paz, que es más grande de lo que el hombre puede entender; y esta paz cuidará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús. Por último, hermanos, piensen en todo lo verdadero, en todo lo que es digno de respeto, en todo lo recto, en todo lo puro, en todo lo agradable, en todo lo que tiene buena fama. Piensen en toda clase de virtudes, en todo lo que merece alabanza. Sigan practicando lo que les enseñé y las instrucciones que les di, lo que me oyeron decir y lo que me vieron hacer: háganlo así y el Dios de paz estará con ustedes.

Cántico al Cordero Dignus es
Apocalipsis 4:11; 5:9-10, 13

Digno es, Señor nuestro Dios, *
atribuirte la gloria, el honor y el poder;
Porque tú has creado el universo, *
y por tu voluntad existió y fue creado.
Y digno es atribuir lo mismo a ti, Cordero inmolado, *
porque con tu sangre compraste para Dios,
De toda raza, lengua, pueblo y nación, *
un reino de sacerdotes para servir a nuestro Dios.
Por tanto, al que está sentado en el trono, *
y a Cristo el Cordero,
Sean adoración y honor, gloria y señorío, *
por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.

Plegarias

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

A
Señor, muéstranos tu misericordia;
Y concédenos tu salvación.
Reviste a tus ministros de justicia;
Que cante tu pueblo de júbilo.
Establece, Señor, la paz en todo el mundo;
Porque sólo en ti vivimos seguros.
Protege, Señor, a esta nación;
Y guíanos por la senda de justicia y de verdad.
Que se conozcan en la tierra tus caminos;
Y entre los pueblos tu salvación.
Señor, que no se olvide a los necesitados;
Ni se arranque la esperanza a los pobres.
Señor, crea en nosotros un corazón limpio;
Y susténtanos con tu Santo Espíritu.

Dios omnipotente, que en lugar de Judas escogiste a tu fiel siervo Matías para ser contado entre el número de los Doce: Concede que tu Iglesia, librada de falsos apóstoles, sea guiada y gobernada siempre por pastores fieles y verdaderos; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Dios todopoderoso y eterno, tú no aborreces nada de lo que has creado, y perdonas los pecados de todos los penitentes: Crea y forma en nosotros, corazones nuevos y contritos, para que, lamentando debidamente nuestros pecados y reconociendo nuestra miseria, obtengamos de ti, Dios de toda misericordia, perfecta remisión y perdón; mediante Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Dios todopoderoso, cuyo muy amado Hijo no ascendió al gozo de tu presencia sin antes padecer, ni entró en gloria sin antes ser crucificado: Concédenos, por tu misericordia, que nosotros, caminando por la vía de la cruz, encontremos que ésta es la vía de la vida y de la paz; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oh Dios, autor de la paz y amante de la concordia, conocerte es vida eterna, y servirte, plena libertad: Defiende a estos tus humildes siervos de todos los asaltos de nuestros enemigos; para que, confiados en tu protección, no temamos la fuerza de ningún adversario; por el poder de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Señor Jesucristo, tú extendiste tus brazos amorosos sobre el cruel madero de la cruz, para estrechar a todos los seres humanos en tu abrazo salvador: Revístenos con tu Espíritu de tal manera que, extendiendo nuestras manos en amor, llevemos a quienes no te conocen a reconocerte y amarte; por el honor de tu Nombre. Amén.

Puede seguir intercesiones y acciones de gracias

Oración de San Juan Crisóstomo
Dios todopoderoso, que nos diste la gracia para unirnos en este momento, a fin de ofrecerte nuestras súplicas en común; y que, por tu muy amado Hijo, nos prometiste que, cuando dos o tres se congregan en su Nombre, tú estarás en medio de ellos: Realiza ahora, Señor, nuestros deseos y peticiones como mejor nos convenga; y concédenos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero, la vida eterna. Amén.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén. 2 Corintios 13:14


Oficio para el Mediodía

Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Salmo 121 Levavi oculos
Levanto mis ojos a los montes; *
¿de dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene del Señor, *
que hizo los cielos y la tierra.
No permitirá que resbale tu pie, *
ni se dormirá el que te guarda.
He aquí, el que guarda a Israel *
no se adormecerá ni dormirá.
El Señor es tu guardián, *
el Señor es tu sombra a tu diestra.
El sol no te hará daño de día, *
ni la luna de noche.
El Señor te guardará de todo mal; *
él guardará tu vida.
El Señor guardará tu salida y tu entrada, *
desde ahora y para siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación. 2 Corintios 5:17-18
Demos gracias a Dios.

Demos gracias a Dios.
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.

Señor, escucha nuestra oración;
Y llegue a ti nuestro clamor.

Salvador todopoderoso, que al mediodía llamaste a tu siervo San Pablo para ser un apóstol a los gentiles: Te rogamos que ilumines al mundo con el resplandor de tu gloria, para que todas las naciones vengan y te adoren; tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Se puede ofrecer intercesiones libres.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Oración Vespertina Diaria

Adoren al Señor en la hermosura de la santidad; tiemble delante de él toda la tierra. Salmo 96:9

Confesión de Pecado
Dios de misericordia, confesamos que hemos pecado contra ti por pensamiento, palabra y obra, por lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer. No te hemos amado con todo el corazón; no hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Sincera y humildemente nos arrepentimos. Por amor de tu Hijo Jesucristo, ten piedad de nosotros y perdónanos; así tu voluntad será nuestra alegría y andaremos por tus caminos, para gloria de tu Nombre. Amén.

Dios omnipotente tenga misericordia de nosotros, perdone todos nuestros pecados por Jesucristo nuestro Señor, nos fortalezca en toda bondad y por el poder del Espíritu Santo, nos conserve en la vida eterna. Amén.

Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Luz Alegrante Phos hilaron
Luz alegrante,
claridad pura del sempiterno Padre celestial,
Jesucristo, santo y bendito:

Ahora que hemos llegado al ocaso del sol,
y nuestros ojos miran la luz vespertina,
te alabamos con himnos, oh Dios: Padre,
Hijo y Espíritu Santo.

Digno eres de ser alabado en todos los tiempos
con voces gozosas,
oh Hijo de Dios, Dador de la vida;
por tanto te glorifica el universo entero.

Salmo 35
Contiende, oh Señor, con los que contra mí contienden; *
combate a los que me combaten.
Echa mano al escudo y a la armadura, *
y levántate en mi ayuda.
Saca la lanza, y cierra el paso a los que me persiguen; *
di a mi alma: "Yo soy tu salvación".
Sean avergonzados y humillados los que buscan mi vida; *
sean vueltos atrás y abochornados los que mi mal intentan.
Sean como la paja delante del viento, *
y el ángel del Señor los eche fuera.
Sea su camino tenebroso y resbaladizo, *
y el ángel del Señor los persiga;
Porque sin causa me tendieron su red; *
sin causa cavaron hoyo para enredarme vivo.
Sorpréndales la ruina sin que lo sepan; *
y su red que escondieron los prenda;
caigan en el hoyo que cavaron.
Entonces mi alma se alegrará en el Señor; *
se regocijará en su victoria.
Todos mis huesos dirán: "Señor, ¿quién como tú? *
tú libras al afligido del que es más fuerte,
al pobre y menesteroso del que le despoja".
Se levantan contra mí testigos malvados; *
de lo que no sé, me acusan.
Me devuelven mal por bien, *
abatiendo mi alma.
Mas yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de luto, *
me afligí con ayuno.
Oré con todo mi corazón,
como se ora por un compañero o por un hermano; *
como el que lleva luto por su madre,
enlutado me humillaba.
Pero ellos se alegraron cuando yo tropecé, y se juntaron; se
juntaron contra mí desconocidos; *
los que yo no conocía me despedazaban sin cesar.
Me pusieron a prueba, y se burlaron, *
crujiendo sobre mí sus dientes.
Oh Soberano mió, ¿hasta cuándo verás esto? *
Rescátame de las bestias rugientes,
mi vida de los leoncillos.
Te daré gracias en la gran asamblea; *
te alabaré entre la multitud del pueblo.
No se alegren de mí, mis enemigos traidores, *
ni los que me aborrecen sin causa guiñen el ojo.
Porque no hablan paz, *
mas contra los mansos de la tierra traman engaños.
Abrieron su boca, y me dijeron: *
"¡Ajá! nuestros ojos lo han visto".
Tú lo has visto, oh Señor; no calles; *
Soberano mío, no te alejes de mí.
¡Muévete y despierta! ¡A mi causa! *
A mi defensa, Dios mío y Soberano mío!
Júzgame conforme a tu justicia, oh Señor Dios mío; *
no permitas que triunfen sobre mí.
No digan en su corazón:
"¡Ajá! lo que queríamos". *
No digan: "Le hemos devorado".
Sean avergonzados y deshonrados los que de mi mal se alegran; *
vístanse de vergüenza e infamia los que se jactan de mí.
Canten y alégrense los que están a favor de mi causa; *
digan siempre: "Grande es el Señor, que ama el bienestar de su siervo".
Y mi lengua hablará de tu justicia, *
y de tu alabanza todo el día.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo:
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

San Juan 17:9-19
"Yo te ruego por ellos; no ruego por los que son del mundo, sino por los que me diste, porque son tuyos. Todo lo que es mío es tuyo, y lo que es tuyo es mío; y mi gloria se hace visible en ellos. Yo no voy a seguir en el mundo, pero ellos sí van a seguir en el mundo, mientras que yo me voy para estar contigo. Padre santo, cuídalos con el poder de tu nombre, el nombre que me has dado, para que estén completamente unidos, como tú y yo. Cuando yo estaba con ellos en este mundo, los cuidaba y los protegía con el poder de tu nombre, el nombre que me has dado. Y ninguno de ellos se perdió, sino aquel que ya estaba perdido, para que se cumpliera lo que dice la Escritura. Ahora voy a donde tú estás; pero digo estas cosas mientras estoy en el mundo, para que ellos se llenen de la misma perfecta alegría que yo tengo. Yo les he comunicado tu palabra, pero el mundo los odia porque ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los protejas del mal. Así como yo no soy del mundo, ellos tampoco son del mundo. Conságralos a ti mismo por medio de la verdad; tu palabra es la verdad. Como me enviaste a mí entre los que son del mundo, también yo los envío a ellos entre los que son del mundo. Y por causa de ellos me consagro a mí mismo, para que también ellos sean consagrados por medio de la verdad."

Cántico de Simeón Nunc dimittis
San Lucas 2:29-32

Ahora despides, Señor, a tu siervo, *
conforme a tu palabra, en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador, *
a quien has presentado ante todos los pueblos:
Luz para alumbrar a las naciones, *
y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.


Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.

Plegarias

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

Que esta noche sea santa, buena y pacífica,
Te rogamos, Señor.
Que tus santos ángeles nos conduzcan por los senderos de paz y de benevolencia,
Te rogamos, Señor.
Que nos perdones y absuelvas de nuestros pecados y ofensas,
Te rogamos, Señor.
Que haya paz para tu Iglesia y para todo el mundo,
Te rogamos, Señor.
Que partamos de esta vida en tu fe y temor, y no seamos condenados ante el gran tribunal de Cristo.
Te rogamos, Señor.
Que tu Espíritu Santo nos una en la comunión de todos tus santos, encomendándonos los unos a los otros y toda nuestra vida a Cristo,
Te rogamos, Señor.

Dios omnipotente, que en lugar de Judas escogiste a tu fiel siervo Matías para ser contado entre el número de los Doce: Concede que tu Iglesia, librada de falsos apóstoles, sea guiada y gobernada siempre por pastores fieles y verdaderos; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Dios todopoderoso y eterno, tú no aborreces nada de lo que has creado, y perdonas los pecados de todos los penitentes: Crea y forma en nosotros, corazones nuevos y
contritos, para que, lamentando debidamente nuestros pecados y reconociendo nuestra miseria, obtengamos de ti, Dios de toda misericordia, perfecta remisión y perdón; mediante Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Dios todopoderoso y eterno, tú no aborreces nada de lo que has creado, y perdonas los pecados de todos los penitentes: Crea y forma en nosotros, corazones nuevos y contritos, para que, lamentando debidamente nuestros pecados y reconociendo nuestra miseria, obtengamos de ti, Dios de toda misericordia, perfecta remisión y perdón; mediante Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Dios, tú eres la vida de los que viven, la luz de los fieles, la fortaleza de los que trabajan, y el descanso de los muertos: Te damos gracias por las bendiciones del día que termina, y humildemente te suplicamos nos des tu protección durante la noche que comienza. Llévanos en seguridad hasta las horas del alba; por aquél que murió y resucitó por nosotros, tu Hijo nuestro Salvador Jesucristo. Amén.

Quédate con nosotros, Señor Jesús, ahora que la noche se acerca y ha pasado el día. Sé nuestro compañero en el camino, enciende nuestros corazones, y despierta la esperanza, para que te conozcamos tal como te revelas en las Escrituras y en la fracción del pan. Concede esto por amor de tu Nombre. Amén.

Vela, oh amantísimo Señor, con los que trabajan, o velan, o lloran esta noche. A tus ángeles manda que guarden a los que duermen. Cuida a los enfermos, Cristo Señor; otorga reposo a los cansados, bendice a los moribundos, consuela a los que sufren, compadécete de los afligidos, escuda a los gozosos. Todo esto te pedimos por tu gran amor. Amén.

Puede seguir intercesiones y acciones de gracias.

Acción de Gracias en General
Dios omnipotente, Padre de toda misericordia, nosotros, indignos siervos tuyos, humildemente te damos gracias por todo tu amor y benignidad a nosotros y a todos los seres humanos. Te bendecimos por nuestra creación, preservación y todas las bendiciones de esta vida; pero sobre todo por tu amor inmensurable en la redención del mundo por nuestro Señor Jesucristo; por los medios de gracia, y la esperanza de gloria. Y te suplicamos nos hagas conscientes de tus bondades de tal manera que, con un corazón verdaderamente agradecido, proclamemos tus alabanzas, no sólo con nuestros labios, sino también con nuestras vidas, entregándonos a tu servicio y caminando en tu presencia, en santidad y justicia, todos los días de nuestra vida; por Jesucristo nuestro Señor, a quien, contigo y el Espíritu Santo, sea todo honor y gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Gloria a Dios, cuyo poder, actuando en nosotros, puede realizar todas las cosas infinitamente mejor de lo que podemos pedir o pensar: Gloria a él en la Iglesia de generación en generación, y en Cristo Jesús por los siglos de los siglos. Amén. Efesios 3:20, 21

Oficio de Completas

El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y un perfecto fin. Amén.

Nuestro auxilio está en el Nombre del Señor;
Que hizo el cielo y la tierra.

Confesión
Dios todopoderoso, nuestro Padre celestial:
Hemos pecado contra ti,
por nuestra propia culpa,
por pensamiento, palabra y obra,
y por lo que hemos dejado de hacer.
Por amor de tu Hijo nuestro Señor Jesucristo,
perdona nuestras ofensas
y concédenos que te sirvamos
en novedad de vida,
para gloria de tu Nombre. Amén

Que el Dios todopoderoso nos conceda el perdón de todos nuestros pecados, y la gracia y fortaleza del Espíritu Santo. Amén.

Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Salmo 91 Qui habitat
El que habita al abrigo del Altísimo, *
mora bajo la sombra del Omnipotente.
Dirá al Señor: "Refugio mío y castillo mío, *
mi Dios, en quien confío".
El te librará del lazo del cazador, *
de la peste destructora.
Con sus plumas te cubrirá,
y debajo de sus alas estarás seguro; *
escudo y adarga será su fidelidad.
No temerás espanto nocturno, *
ni saeta que vuele de día;
Ni pestilencia que acecha en la oscuridad, *
ni enfermedad que a mediodía desola.
Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra, *
mas a ti no te alcanzará.
Ciertamente con tus ojos mirarás, *
y verás la recompensa de los malvados;
Porque hiciste del Señor tu refugio, *
del Altísimo, tu habitación,
No te sobrevendrá mal alguno, *
ni plaga tocará tu morada.
Pues a sus ángeles mandará cerca de ti, *
que te guarden en todos tus caminos.
En las manos te llevarán, *
para que tu pie no tropiece en piedra.
Sobre el león y el áspid pisarás; *
hollarás al cachorro del león y a la serpiente.
"Por cuanto ha hecho pacto de amor conmigo, yo lo libraré; *
lo protegeré, por cuanto ha conocido mi Nombre.
Me invocará, y yo le responderé; *
con él estaré en la angustia; lo libraré, y le glorificaré.
Lo saciaré de largos días, *
y le mostraré mi salvación".
Salmo 134 Ecce nunc
Y ahora bendigan al Señor, siervos todos del Señor, *
los que de noche están de pie en la casa del Señor.
Eleven las manos hacia el santuario, y bendigan al Señor. *
El Señor que hizo los cielos y la tierra, te bendiga desde Sión.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Tú estás entre nosotros, oh Señor, y sobre nosotros es invocado tu Nombre; no nos desampares, Señor nuestro Dios. Jeremías 14:9, 22
Demos gracias a Dios.

Puede cantarse un himno adecuado para la noche.

En tus manos, oh Señor, encomiendo mi espíritu;
Tú me has redimido, oh Señor, Dios de verdad.
Guárdanos, oh Señor, como a la niña de tus ojos;
Escóndenos bajo la sombra de tus alas.

Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.

Señor, escucha nuestra oración.
Y llegue a ti nuestro clamor.

Visita, oh Señor, este lugar, y ahuyenta de él todas las asechanzas del enemigo; que tus santos ángeles moren con nosotros para preservarnos en paz; y que tu bendición sea siempre sobre nosotros; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oh Dios, tu providencia inagotable sustenta al mundo en que vivimos y aun nuestra propia vida: Vela, de día y de noche, por los que trabajan mientras otros duermen, y concede que jamás olvidemos que nuestra vida común depende de nuestras faenas mutuas; por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.

Puede observarse una pausa, durante la cual se puede ofrecer intercesiones y acciones de gracias espontáneas.

Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo, y dormidos descansemos en paz.

Ahora despides, Señor, a tu siervo, *
conforme a tu palabra, en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador, *
a quien has presentado ante todos los pueblos:
Luz para alumbrar a las naciones, *
y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo, y dormidos descansemos en paz.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Que el Señor omnipotente y misericordioso: Padre, Hijo y Espíritu Santo, nos bendiga y nos guarde. Amén.

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