30.9.15

Miércoles, Propio 21



Oración Matutina Diaria

Este es el día en que actuó el Señor; regocijémonos y alegrémonos en él. Salmo 118:24

Invitatorio y Salterio

Señor, abre nuestros labios.
Y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

La tierra es del Señor, pues él la hizo: vengan y adorémosle.

Venite Salmo 95:1-7
Vengan, cantemos alegremente al Señor; *
aclamemos con júbilo a la Roca que nos salva.
Lleguemos ante su presencia con alabanza, *
vitoreándole con cánticos;
Porque el Señor es Dios grande, *
y Rey grande sobre todos los dioses.
En su mano están las profundidades de la tierra, *
y las alturas de los montes son suyas.
Suyo el mar, pues él lo hizo, *
y sus manos formaron la tierra seca.
Vengan, adoremos y postrémonos; *
arrodillémonos delante del Señor nuestro Hacedor;
Porque él es nuestro Dios;
nosotros el pueblo de su dehesa, y ovejas de su mano. *
¡Ojalá escuchen hoy su voz!

Salmo 101
Misericordia y justicia cantaré; *
a ti cantaré alabanzas, oh Señor.
Me esforzaré por seguir un camino intachable; ¿cuándo vendrás a mi? *
Andaré con sencillez de corazón dentro de mi casa.
No pondré delante de mis ojos cosa indigna; *
aborrezco a los malhechores; no se quedarán conmigo.
Corazón perverso alejaré de mí; *
no conoceré el mal.
A los que en secreto difaman a su prójimo, haré callar; *
ojos engreídos, corazones arrogantes, no los puedo soportar.
Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que vivan conmigo; *
sólo los que siguen un camino intachable me servirán.
No habitarán en mi casa los que hacen fraudes, *
y cuantos hablan mentiras no durarán en mi presencia.
Pronto destruiré a todos los malvados de la tierra, *
para extirpar de la ciudad del Señor a todos los malhechores.

Salmo 109:1-4, 20-30
Oh Dios de mi alabanza, no calles; *
porque la boca del malvado, la boca del engañador,
se ha abierto contra mí.
Me hablan con lengua mentirosa, *
me rodean con palabras de odio,
me combaten sin causa.
A pesar de mi amor, me acusan; *
en cuanto a mí, yo oro por ellos.
Me devuelven mal por bien, *
y odio por amor.
Pero tú, oh Señor mi Dios,
favoréceme por amor de tu Nombre: *
líbrame por la ternura de tu bondad;
Porque soy pobre y menesteroso, *
y mi corazón está herido dentro de mí.
Desaparezco como la sombra cuando se alarga, *
me sacuden como a la langosta.
Mis rodillas están debilitadas por no comer, *
estoy flaco y descarnado.
He llegado a ser oprobio para ellos; *
cuando me ven, menean la cabeza.
Ayúdame, oh Señor mi Dios; *
sálvame por tu misericordia.
Reconozcan que ésta es tu mano, *
que eres tú, oh Señor, quien lo ha hecho.
Podrán maldecir, pero tú bendecirás; *
que sean avergonzados los que se levantan contra mí,
y se regocijará tu siervo.
Sean vestidos de infamia los que me acusan, *
sean envueltos de vergüenza como con un manto.
Yo daré gracias al Señor con voz potente; *
en medio de la muchedumbre le alabaré;
Porque él se pone a la diestra del pobre, *
para salvar la vida de los que le condenarían.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Las Lecciones

2 Reyes 18:9-25
En el cuarto año del reinado de Ezequías, que era el séptimo del reinado de Oseas, hijo de Elá, rey de Israel, Salmanasar, rey de Asiria, rodeó la ciudad de Samaria y la atacó, y al cabo de tres años la tomó. Era el año seis del reinado de Ezequías y el nueve del reinado de Oseas en Israel, cuando Samaria fue tomada. El rey de Asiria desterró a los israelitas a Asiria y los estableció en Halah, en la región del Habor, río de Gozán, y en las ciudades de los medos. Esto sucedió porque no obedecieron al Señor su Dios, sino que violaron su alianza y no hicieron caso de todo lo que Moisés, siervo del Señor, les había mandado, ni lo pusieron en práctica. En el año catorce del reinado de Ezequías, Senaquerib, rey de Asiria, atacó a todas las ciudades fortificadas de Judá y las tomó. Entonces Ezequías, rey de Judá, envió un mensaje al rey de Asiria, que estaba en Laquis, en el que decía: "He cometido un error. Retírate de mi país y te pagaré el tributo que me impongas." Por lo tanto, el rey de Asiria impuso a Ezequías, rey de Judá, un tributo de nueve mil novecientos kilos de plata y novecientos noventa kilos de oro. Así que Ezequías le entregó toda la plata que encontró en el templo del Señor y en los tesoros del palacio real. En aquella misma ocasión, Ezequías quitó del templo del Señor las puertas y sus marcos, que él mismo había cubierto de oro, y se las dio al rey de Asiria. Después el rey de Asiria envió al rey Ezequías un alto oficial, un funcionario de su confianza y otro alto oficial, al frente de un poderoso ejército, y estos fueron de Laquis a Jerusalén, para atacarla. Cuando llegaron a Jerusalén, acamparon junto al canal del estanque de arriba, por el camino que va al campo del Lavador de Paños. Luego llamaron al rey, y Eliaquim, hijo de Hilquías, que era el mayordomo de palacio, y Sebná, el cronista, y Joah, hijo de Asaf, el secretario del rey, salieron a encontrarse con ellos. Allí el oficial asirio les dijo: "Comuniquen a Ezequías este mensaje del gran rey, el rey de Asiria: '¿De qué te sientes tan seguro? ¿Piensas acaso que las palabras bonitas valen lo mismo que la táctica y la fuerza para hacer la guerra? ¿En quién confías para rebelarte contra mí? Veo que confías en el apoyo de Egipto. Pues bien, Egipto es una caña astillada, que si uno se apoya en ella, se le clava y le atraviesa la mano. Eso es el faraón, rey de Egipto, para todos los que confían en él. Y si me dicen ustedes: Nosotros confiamos en el Señor nuestro Dios, ¿acaso no suprimió Ezequías los lugares de culto y los altares de ese Dios, y ordenó que la gente de Judá y Jerusalén le diera culto solamente en el altar de Jerusalén? Haz un trato con mi amo, el rey de Asiria: yo te doy dos mil caballos, si consigues jinetes para ellos. Tú no eres capaz de hacer huir ni al más insignificante de los oficiales asirios, ¿y esperas conseguir jinetes y caballos en Egipto? Además, ¿crees que yo he venido a atacar y destruir este país sin contar con el Señor? ¡Él fue quien me ordenó atacarlo y destruirlo!'"

Tercer Cántico de Isaías Surge, illuminare
Isaías 60:13, 11a, 14c, 18-19

Surge, ilumina, pues ha llegado tu luz, *
y la gloria del Señor sobre ti ha amanecido.
Mira cómo las tinieblas cubren la tierra, *
y densa oscuridad a los pueblos.
Mas sobre ti amanece el Señor, *
y su gloria aparece sobre ti.
Correrán las naciones a tu luz, *
y los reyes a la claridad de tu alborada.
Abiertas de continuo estarán tus puertas; *
ni de día ni de noche se cerrarán.
Te llamarán la Ciudad del Señor, *
la Sión del Santo de Israel.
No se oirá más de violencia en tu tierra, *
ni de ruina o destrucción en tus fronteras.
Llamarás a tus murallas, Salvación, *
y a tus puertas, Alabanza.
El sol no será para ti ya más tu luz del día, *
ni de noche necesitarás el lustre de la luna.
Tendrás al Señor por luz eterna, *
y tu Dios será tu gloria.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

1 Corintios 8:1-13
Ahora paso al asunto de los alimentos ofrecidos en sacrificio a los ídolos. Es verdad lo que se dice: que todos tenemos el conocimiento de la verdad; pero el conocimiento hincha de orgullo, en tanto que el amor edifica la comunidad. Si alguien cree que conoce algo, todavía no lo conoce como lo debe conocer. Pero si alguien ama a Dios, Dios lo conoce a él. En cuanto a esto de comer alimentos ofrecidos en sacrificio a los ídolos, bien sabemos que un ídolo no tiene valor alguno en el mundo, y que solamente hay un Dios. Pues aunque en el cielo y en la tierra existan esos llamados dioses (y en este sentido hay muchos dioses y muchos señores), para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, en quien todo tiene su origen y para quien nosotros existimos. Y hay también un solo Señor, Jesucristo, por quien todas las cosas existen, incluso nosotros mismos. Pero no todos conocen la verdad. Algunos que estaban acostumbrados a adorar ídolos, todavía comen de esos alimentos pensando que fueron ofrecidos a los dioses; y su conciencia, que es débil, los hace sentirse contaminados por el ídolo. Claro que el que Dios nos acepte no depende de lo que comamos; pues no vamos a ser mejores por comer, ni peores por no comer. Pero eviten que esa libertad que ustedes tienen haga caer en pecado a los que son débiles en su fe. Porque si tú, que sabes estas cosas, te sientas a comer en un lugar dedicado a los ídolos, y algún hermano débil te ve, puede suceder que él se anime a comer de esa ofrenda hecha a un ídolo. Y así tú, por tu conocimiento, haces que se pierda tu hermano débil, por quien Cristo también murió. Al ofender la conciencia de los hermanos débiles en la fe, ofenden ustedes a Cristo mismo. Por eso, si por causa de mi comida hago caer en pecado a mi hermano, no debo comer carne nunca, para no ponerlo en peligro de pecar.

Cántico de Zacarías Benedictus Dominus Deus
San Lucas 1:68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel, *
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
Suscitándonos un poderoso Salvador *
en la casa de David su siervo,
Según lo había predicho desde antiguo *
por boca de sus santos profetas.
Es el Salvador que nos libra de nuestros enemigos,
y de la mano de todos los que nos odian,
Realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, *
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán;
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos, *
le sirvamos con santidad y justicia
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, *
porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, *
Anunciando a su pueblo la salvación, *
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, *
nos visitará el sol que nace de lo alto,
Para iluminar a los que viven en tinieblas y
en sombra de muerte, *
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.

Plegarias

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

A
Señor, muéstranos tu misericordia;
Y concédenos tu salvación.
Reviste a tus ministros de justicia;
Que cante tu pueblo de júbilo.
Establece, Señor, la paz en todo el mundo;
Porque sólo en ti vivimos seguros.
Protege, Señor, a esta nación;
Y guíanos por la senda de justicia y de verdad.
Que se conozcan en la tierra tus caminos;
Y entre los pueblos tu salvación.
Señor, que no se olvide a los necesitados;
Ni se arranque la esperanza a los pobres.
Señor, crea en nosotros un corazón limpio;
Y susténtanos con tu Santo Espíritu.

Oh Dios, que manifiestas tu infinito poder especialmente mostrando piedad y misericordia: Derrama sobre nosotros la plenitud de tu gracia; a fin de que, esforzándonos para obtener tus promesas, seamos partícipes de tus tesoros celestiales; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Dios, autor de la paz y amante de la concordia, conocerte es vida eterna, y servirte, plena libertad: Defiende a estos tus humildes siervos de todos los asaltos de nuestros enemigos; para que, confiados en tu protección, no temamos la fuerza de ningún adversario; por el poder de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Señor Jesucristo, tú extendiste tus brazos amorosos sobre el cruel madero de la cruz, para estrechar a todos los seres humanos en tu abrazo salvador: Revístenos con tu Espíritu de tal manera que, extendiendo nuestras manos en amor, llevemos a quienes no te conocen a reconocerte y amarte; por el honor de tu Nombre. Amén.
Puede seguir intercesiones y acciones de gracias

Oración de San Juan Crisóstomo
Dios todopoderoso, que nos diste la gracia para unirnos en este momento, a fin de ofrecerte nuestras súplicas en común; y que, por tu muy amado Hijo, nos prometiste que, cuando dos o tres se congregan en su Nombre, tú estarás en medio de ellos: Realiza ahora, Señor, nuestros deseos y peticiones como mejor nos convenga; y concédenos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero, la vida eterna. Amén.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén. 2 Corintios 13:14


Oficio para el Mediodía

Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Salmo 126 In convertendo
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, *
éramos como los que sueñan.
Entonces nuestra boca se llenó de risa, *
y nuestra lengua de gritos de alegría.
Y decían entre las naciones: *
"Ha hecho el Señor proezas con ellos".
Proezas ha hecho el Señor con nosotros, *
y estamos sumamente alegres.
Tú, oh Señor, has cambiado nuestra suerte, *
como los torrentes del Neguev.
Los que sembraron con lágrimas, *
con gritos de alegría segarán.
Los que van llorando, llevando la semilla, *
volverán entre cantares, trayendo sus gavillas.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi Nombre entre las naciones, y en todo lugar se ofrece a mi Nombre incienso y ofrenda limpia, porque grande es mi Nombre entre las naciones, dice el Señor de los ejércitos. Malaquías 1:11
Demos gracias a Dios.

Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.

Señor, escucha nuestra oración;
Y llegue a ti nuestro clamor.

Bendito Salvador, en esta hora colgabas en la cruz, extendiendo tus brazos amorosos: Concede que todos los pueblos de la tierra miren hacia ti y sean salvos; por tu entrañable misericordia. Amén.

Se puede ofrecer intercesiones libres.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.


Oración Vespertina Diaria

Ascienda mi oración como incienso ante tu presencia, el alzar de mis manos como el sacrificio vespertino. Salmo 141:2

Confesión de Pecado
Dios de misericordia, confesamos que hemos pecado contra ti por pensamiento, palabra y obra, por lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer. No te hemos amado con todo el corazón; no hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Sincera y humildemente nos arrepentimos. Por amor de tu Hijo Jesucristo, ten piedad de nosotros y perdónanos; así tu voluntad será nuestra alegría y andaremos por tus caminos, para gloria de tu Nombre. Amén.

Dios omnipotente tenga misericordia de nosotros, perdone todos nuestros pecados por Jesucristo nuestro Señor, nos fortalezca en toda bondad y por el poder del Espíritu Santo, nos conserve en la vida eterna. Amén.

Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Luz Alegrante Phos hilaron
Luz alegrante,
claridad pura del sempiterno Padre celestial,
Jesucristo, santo y bendito:

Ahora que hemos llegado al ocaso del sol,
y nuestros ojos miran la luz vespertina,
te alabamos con himnos, oh Dios: Padre,
Hijo y Espíritu Santo.

Digno eres de ser alabado en todos los tiempos
con voces gozosas,
oh Hijo de Dios, Dador de la vida;
por tanto te glorifica el universo entero.

Salmo 119:121-144
Ayin
Lo que es justo y recto he hecho; *
no me entregues a mis opresores.
Afianza a tu siervo para bien; *
no permitas que los soberbios me opriman.
Mis ojos han desfallecido, aguardando tu salvación *
y tu promesa de justicia.
Haz con tu siervo según tu misericordia, *
y enséñame tus estatutos.
Tu siervo soy; dame entendimiento *
para conocer tus decretos.
Es hora de que actúes, oh Señor, *
porque han quebrantado tu ley.
En verdad, yo amo tus mandamientos, *
más que el oro, más que las piedras preciosas.
Sobre todo estimo rectos tus mandamientos; *
aborrezco el camino de la mentira.
Pe
Maravillosos son tus decretos; *
por tanto, los guardo de todo corazón.
La revelación de tu palabra ilumina; *
hace entender a los inocentes.
Abro la boca y jadeo; *
ansío tus mandamientos.
Vuélvete a mí, y ten misericordia, *
como acostumbras con los que aman tu Nombre.
Afirma mis pasos con tu palabra; *
que ninguna iniquidad me domine.
Rescátame de los que me oprimen, *
y guardaré tus mandamientos.
Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo, *
y enséñame tus estatutos.
Ríos de aguas brotan de mis ojos *
a causa de los que no guardan tu ley.
Tsade
Justo eres tú, oh Señor, *
y rectos son tus juicios.
Has promulgado tus decretos *
con justicia y suma fidelidad.
La indignación me ha consumido, *
porque mis enemigos se olvidan de tus palabras.
Tu palabra ha pasado las más duras pruebas, *
y tu siervo la atesora.
Pequeño soy e insignificante, *
pero no olvido tus mandamientos.
Tu justicia es justicia eterna, *
y tu ley es la verdad.
Aflicción y angustia se han apoderado de mí, *
mas tus mandamientos son mi delicia.
La rectitud de tus decretos es eterna; *
dame entendimiento, y viviré.

San Mateo 7:13-21
"Entren por la puerta angosta. Porque la puerta y el camino que llevan a la perdición son anchos y espaciosos, y muchos entran por ellos; pero la puerta y el camino que llevan a la vida son angostos y difíciles, y pocos los encuentran. Cuídense de esos mentirosos que pretenden hablar de parte de Dios. Vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. Ustedes los pueden reconocer por sus acciones, pues no se cosechan uvas de los espinos ni higos de los cardos. Así, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo. El árbol bueno no puede dar fruto malo, ni el árbol malo dar fruto bueno. Todo árbol que no da buen fruto, se corta y se echa al fuego. De modo que ustedes los reconocerán por sus acciones. No todos los que me dicen: 'Señor, Señor', entrarán en el reino de los cielos, sino solamente los que hacen la voluntad de mi Padre celestial."

Cántico de María Magnificat
San Lucas 1:46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, *
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, *
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí;
su Nombre es santo.
Su misericordia llega a sus fieles, *
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo; *
dispersa a los soberbios de corazón.
Derriba del trono a los poderosos, *
y enaltece a los humildes.
A los hambrientos los colma de bienes, *
y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, *
acordándose de la misericordia,
Como lo había prometido a nuestros padres, *
en favor de Abrahán y su descendencia para siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.

Plegarias

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

Que esta noche sea santa, buena y pacífica,
Te rogamos, Señor.
Que tus santos ángeles nos conduzcan por los senderos de paz y de benevolencia,
Te rogamos, Señor.
Que nos perdones y absuelvas de nuestros pecados y ofensas,
Te rogamos, Señor.
Que haya paz para tu Iglesia y para todo el mundo,
Te rogamos, Señor.
Que partamos de esta vida en tu fe y temor, y no seamos condenados ante el gran tribunal de Cristo.
Te rogamos, Señor.
Que tu Espíritu Santo nos una en la comunión de todos tus santos, encomendándonos los unos a los otros y toda nuestra vida a Cristo,
Te rogamos, Señor.

Oh Dios, que manifiestas tu infinito poder especialmente mostrando piedad y misericordia: Derrama sobre nosotros la plenitud de tu gracia; a fin de que, esforzándonos para obtener tus promesas, seamos partícipes de tus tesoros celestiales; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Dios, tú eres la vida de los que viven, la luz de los fieles, la fortaleza de los que trabajan, y el descanso de los muertos: Te damos gracias por las bendiciones del día que termina, y humildemente te suplicamos nos des tu protección durante la noche que comienza. Llévanos en seguridad hasta las horas del alba; por aquél que murió y resucitó por nosotros, tu Hijo nuestro Salvador Jesucristo. Amén.

Quédate con nosotros, Señor Jesús, ahora que la noche se acerca y ha pasado el día. Sé nuestro compañero en el camino, enciende nuestros corazones, y despierta la esperanza, para que te conozcamos tal como te revelas en las Escrituras y en la fracción del pan. Concede esto por amor de tu Nombre. Amén.

Vela, oh amantísimo Señor, con los que trabajan, o velan, o lloran esta noche. A tus ángeles manda que guarden a los que duermen. Cuida a los enfermos, Cristo Señor; otorga reposo a los cansados, bendice a los moribundos, consuela a los que sufren, compadécete de los afligidos, escuda a los gozosos. Todo esto te pedimos por tu gran amor. Amén.

Puede seguir intercesiones y acciones de gracias.

Acción de Gracias en General
Dios omnipotente, Padre de toda misericordia, nosotros, indignos siervos tuyos, humildemente te damos gracias por todo tu amor y benignidad a nosotros y a todos los seres humanos. Te bendecimos por nuestra creación, preservación y todas las bendiciones de esta vida; pero sobre todo por tu amor inmensurable en la redención del mundo por nuestro Señor Jesucristo; por los medios de gracia, y la esperanza de gloria. Y te suplicamos nos hagas conscientes de tus bondades de tal manera que, con un corazón verdaderamente agradecido, proclamemos tus alabanzas, no sólo con nuestros labios, sino también con nuestras vidas, entregándonos a tu servicio y caminando en tu presencia, en santidad y justicia, todos los días de nuestra vida; por Jesucristo nuestro Señor, a quien, contigo y el Espíritu Santo, sea todo honor y gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Gloria a Dios, cuyo poder, actuando en nosotros, puede realizar todas las cosas infinitamente mejor de lo que podemos pedir o pensar: Gloria a él en la Iglesia de generación en generación, y en Cristo Jesús por los siglos de los siglos. Amén. Efesios 3:20, 21

Oficio de Completas

El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y un perfecto fin. Amén.

Nuestro auxilio está en el Nombre del Señor;
Que hizo el cielo y la tierra.

Confesión
Dios todopoderoso, nuestro Padre celestial:
Hemos pecado contra ti,
por nuestra propia culpa,
por pensamiento, palabra y obra,
y por lo que hemos dejado de hacer.
Por amor de tu Hijo nuestro Señor Jesucristo,
perdona nuestras ofensas
y concédenos que te sirvamos
en novedad de vida,
para gloria de tu Nombre. Amén

Que el Dios todopoderoso nos conceda el perdón de todos nuestros pecados, y la gracia y fortaleza del Espíritu Santo. Amén.

Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Salmo 4 Cum invocarem
Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia; *
cuando estaba en angustia, tú me libraste;
ten misericordia de mí, y escucha mi oración.
"Mortales, ¿hasta cuándo volverán mi honra en infamia, *
amarán la vanidad, y buscarán la mentira?"
Sepan, pues, que el Señor ha escogido a los fieles para sí; *
el Señor oirá cuando yo a él clamare.
Tiemblen y no pequen; *
mediten en su corazón estando en su cama, y callen.
Ofrezcan sacrificios rectos, *
y confíen en el Señor.
Muchos son los que dicen: "¿Quién nos mostrará el bien?" *
Alza sobre nosotros, oh Señor, la luz de tu rostro.
Tú diste alegría a mi corazón, *
mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto.
En paz me acostaré, y en seguida dormiré; *
porque sólo tú, oh Señor, me haces vivir seguro.

Salmo 134 Ecce nunc
Y ahora bendigan al Señor, siervos todos del Señor, *
los que de noche están de pie en la casa del Señor.
Eleven las manos hacia el santuario, y bendigan al Señor. *
El Señor que hizo los cielos y la tierra, te bendiga desde Sión.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

El Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran Pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, les haga aptos en toda obra buena para que hagan su voluntad, haciendo él en ustedes lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Hebreos 12:20-21
Demos gracias a Dios.

Puede cantarse un himno adecuado para la noche.

En tus manos, oh Señor, encomiendo mi espíritu;
Tú me has redimido, oh Señor, Dios de verdad.
Guárdanos, oh Señor, como a la niña de tus ojos;
Escóndenos bajo la sombra de tus alas.

Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.

Señor, escucha nuestra oración.
Y llegue a ti nuestro clamor.

Visita, oh Señor, este lugar, y ahuyenta de él todas las asechanzas del enemigo; que tus santos ángeles moren con nosotros para preservarnos en paz; y que tu bendición sea siempre sobre nosotros; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oh Dios, tu providencia inagotable sustenta al mundo en que vivimos y aun nuestra propia vida: Vela, de día y de noche, por los que trabajan mientras otros duermen, y concede que jamás olvidemos que nuestra vida común depende de nuestras faenas mutuas; por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.

Puede observarse una pausa, durante la cual se puede ofrecer intercesiones y acciones de gracias espontáneas.

Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo, y dormidos descansemos en paz.

Ahora despides, Señor, a tu siervo, *
conforme a tu palabra, en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador, *
a quien has presentado ante todos los pueblos:
Luz para alumbrar a las naciones, *
y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo, y dormidos descansemos en paz.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Que el Señor omnipotente y misericordioso: Padre, Hijo y Espíritu Santo, nos bendiga y nos guarde. Amén.

29.9.15

Fiesta de San Miguel y todos los Ángeles


Oración Matutina Diaria

Por toda la tierra salió su sonido, y hasta el extremo del mundo su mensaje. Salmo 19:4

Invitatorio y Salterio

Señor, abre nuestros labios.
Y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

La tierra es del Señor, pues él la hizo: vengan y adorémosle.

Venite Salmo 95:1-7
Vengan, cantemos alegremente al Señor; *
aclamemos con júbilo a la Roca que nos salva.
Lleguemos ante su presencia con alabanza, *
vitoreándole con cánticos;
Porque el Señor es Dios grande, *
y Rey grande sobre todos los dioses.
En su mano están las profundidades de la tierra, *
y las alturas de los montes son suyas.
Suyo el mar, pues él lo hizo, *
y sus manos formaron la tierra seca.
Vengan, adoremos y postrémonos; *
arrodillémonos delante del Señor nuestro Hacedor;
Porque él es nuestro Dios;
nosotros el pueblo de su dehesa, y ovejas de su mano. *
¡Ojalá escuchen hoy su voz!

Salmo 8
Oh Señor, soberano nuestro, *
¡cuán glorioso es tu Nombre en toda la tierra!
Alabadá es tu gloria sobre los cielos, *
por la boca de los ninos y de los que maman.
Has fundado la fortaleza, a causa de tus enemigos, *
para hacer callar al enemigo y al vengador.
Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, *
la luna y las estrellas que tú formaste,
Digo: "¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,
el hijo del hombre, que lo ampares?"
Le has hecho poco menor que los ángeles, *
y lo coronaste de gloria y honra.
Lo hiciste señorear sobre las obras de tus manos; *
todo lo pusiste debajo de sus pies:
Ovejas y bueyes, todo ello, *
y asimismo las bestias del campo;
Las aves de los cielos y los peces del mar, *
todo cuanto pasa por los senderos del mar.
Oh Señor, soberano nuestro, *
¡cuán glorioso es tu Nombre en toda la tierra!

Salmo 148
¡Aleluya!
Alaben al Señor desde los cielos; *
alábenle en las alturas.
Alábenle, todos sus ángeles; *
alábenle, toda su hueste.
Alábenle, sol y luna; *
alábenle, todas las estrellas lucientes.
Alábenle, cielos de los cielos; *
alábenle, aguas que están sobre los cielos.
Alaben el Nombre del Señor, *
porque él mandó, y fueron creados.
Los afirmó eternamente y para siempre; *
les dio una ley que no pasará.
Alaben al Señor desde la tierra, *
monstruos marinos y todos los abismos;
Fuego y granizo, nieve y bruma, *
viento tempestuoso que ejecuta su voluntad;
Montes y todas las colinas, *
árboles frutales y todos los cedros;
Bestias silvestres y todo ganado, *
reptiles y aves aladas;
Reyes de la tierra y todos los pueblos, *
príncipes y jefes del mundo;
Mozos y doncellas, *
viejos y jóvenes juntos.
Alaben el Nombre del Señor, *
porque sólo su Nombre es excelso,
su gloria sobre la tierra y los cielos.
Ha alzado el cuerno de su pueblo,
y alabanza para todos sus fieles, *
los hijos de Israel, el pueblo cercano a él.
¡Aleluya!

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Las Lecciones

Job 38:1-7
Entonces el Señor le habló a Job de en medio de la tempestad.
El Señor ¿Quién eres tú para dudar de mi providencia y mostrar con tus palabras tu ignorancia? Muéstrame ahora tu valentía, y respóndeme a estas preguntas: ¿Dónde estabas cuando yo afirmé la tierra? ¡Dímelo, si de veras sabes tanto! ¿Sabes quién decidió cuánto habría de medir, y quién fue el arquitecto que la hizo? ¿Sobre qué descansan sus cimientos? ¿Quién le puso la piedra principal de apoyo, mientras cantaban a coro las estrellas de la aurora entre la alegría de mis servidores celestiales?

Cántico de Moisés Cantemus Domino
Exodo 15:1-6, 11-13, 17-18

Cantaré al Señor, porque es excelso y sublime; *
caballos y jinetes ha arrojado en el mar.
Mi fuerza y mi refugio es el Señor; *
él se hizo mi Salvador.
El es mi Dios; yo lo alabaré; *
el Dios de mis padres; yo lo ensalzaré.
El Señor es valiente en la batalla: *
su Nombre es YAHVÉ.
Los carros de Faraón y su ejército precipitó en el mar; *
lo mejor de los escuderos se lo tragó el Mar Rojo.
Los cubrió el abismo; *
hasta el fondo cayeron como piedra.
Tu diestra, Señor, es gloriosa en su fuerza; *
tu diestra, Señor, aplasta al enemigo.
¿Quién como tú, Señor, entre los dioses?
¿Quién como tú, glorioso en santidad, *
venerado por sus hazañas loables, hacedor de maravillas?
Tendiste tu diestra; *
se los tragó la tierra.
Guiaste con tu misericordia al pueblo rescatado: *
lo llevaste con tu poder hasta tu santa morada.
Lo introduces y lo plantas *
en el monte de tu heredad,
El lugar de descanso que te has preparado, *
el santuario, Señor, que tus manos fundaron.
El Señor reinará *
ahora y por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Hebreos 1:1-14
En tiempos antiguos Dios habló a nuestros antepasados muchas veces y de muchas maneras por medio de los profetas. Ahora, en estos tiempos últimos, nos ha hablado por su Hijo, mediante el cual creó los mundos y al cual ha hecho heredero de todas las cosas. Él es el resplandor glorioso de Dios, la imagen misma de lo que Dios es y el que sostiene todas las cosas con su palabra poderosa. Después de limpiarnos de nuestros pecados, se ha sentado en el cielo, a la derecha del trono de Dios, y ha llegado a ser superior a los ángeles, pues ha recibido en herencia un título mucho más importante que el de ellos. Porque Dios nunca dijo a ningún ángel: "Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy."Ni dijo tampoco de ningún ángel: "Yo seré un padre para él, y él será un hijo para mí." Pero en otro lugar, al presentar a su Hijo primogénito al mundo, dice: "Que todos los ángeles de Dios lo adoren." Respecto a los ángeles, Dios dice: "Hace que sus ángeles sean como vientos, y como llamas de fuego sus servidores." Pero respecto al Hijo, dice: "Tu reinado, oh Dios, es eterno, y es un reinado de justicia. Has amado lo bueno y odiado lo malo; por eso te ha escogido Dios, tu Dios, y te ha colmado de alegría más que a tus compañeros." También dice: "Tú, oh Señor, afirmaste la tierra desde el principio; tú mismo hiciste el cielo. Todo ello dejará de existir, pero tú permaneces para siempre. Todo ello se gastará como la ropa; ¡lo doblarás como se dobla un vestido, lo cambiarás como quien se cambia de ropa! Pero tú eres el mismo; tu vida no terminará." Dios nunca dijo a ninguno de los ángeles: "Siéntate a mi derecha, hasta que yo haga de tus enemigos el estrado de tus pies." Porque todos los ángeles son espíritus al servicio de Dios, enviados en ayuda de quienes han de recibir en herencia la salvación.

Gloria a Dios Gloria in excelsis

Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria
te alabamos,
te bendicimos,
te adoramos,
te glorificamos,
te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único Jesucristo,
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre:
Tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
Tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
Tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros:
Porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre. Amén.

Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.

Plegarias

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

A
Señor, muéstranos tu misericordia;
Y concédenos tu salvación.
Reviste a tus ministros de justicia;
Que cante tu pueblo de júbilo.
Establece, Señor, la paz en todo el mundo;
Porque sólo en ti vivimos seguros.
Protege, Señor, a esta nación;
Y guíanos por la senda de justicia y de verdad.
Que se conozcan en la tierra tus caminos;
Y entre los pueblos tu salvación.
Señor, que no se olvide a los necesitados;
Ni se arranque la esperanza a los pobres.
Señor, crea en nosotros un corazón limpio;
Y susténtanos con tu Santo Espíritu.

Oh Dios eterno, que has establecido y constituido en orden maravilloso los ministerios de los ángeles y los mortales: Concede, en tu misericordia, que así como tus santos ángeles continuamente te sirven y adoran en el cielo, asimismo, por tu mandato, nos socorran y defiendan en la tierra; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Dios, autor de la paz y amante de la concordia, conocerte es vida eterna, y servirte, plena libertad: Defiende a estos tus humildes siervos de todos los asaltos de nuestros enemigos; para que, confiados en tu protección, no temamos la fuerza de ningún adversario; por el poder de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Señor Jesucristo, tú extendiste tus brazos amorosos sobre el cruel madero de la cruz, para estrechar a todos los seres humanos en tu abrazo salvador: Revístenos con tu Espíritu de tal manera que, extendiendo nuestras manos en amor, llevemos a quienes no te conocen a reconocerte y amarte; por el honor de tu Nombre. Amén.

Puede seguir intercesiones y acciones de gracias

Oración de San Juan Crisóstomo
Dios todopoderoso, que nos diste la gracia para unirnos en este momento, a fin de ofrecerte nuestras súplicas en común; y que, por tu muy amado Hijo, nos prometiste que, cuando dos o tres se congregan en su Nombre, tú estarás en medio de ellos: Realiza ahora, Señor, nuestros deseos y peticiones como mejor nos convenga; y concédenos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero, la vida eterna. Amén.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén. 2 Corintios 13:14


Oficio para el Mediodía

Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Salmo 119 Lucerna pedibus meis

Lámpara es a mis pies tu palabra, *
y lumbrera en mi camino.
He jurado y estoy resuelto *
a guardar tus rectos juicios.
Afligido estoy en gran manera; *
vivifícame, oh Señor, conforme a tu palabra.
Acepta, oh Señor, la ofrenda voluntaria de mis labios, *
y enséñame tus juicios.
Mi vida está siempre en peligro; *
por tanto no olvido tu ley.
Me tendieron lazo los malvados, *
pero yo no me desvié de tus mandamientos.
Son tus decretos mi herencia eterna, *
en verdad, el gozo de mi corazón.
Mi corazón incliné a cumplir tus estatutos, *
eternamente y hasta el fin.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. Romanos 5:5
Demos gracias a Dios.

Demos gracias a Dios.
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.

Señor, escucha nuestra oración;
Y llegue a ti nuestro clamor.

Salvador todopoderoso, que al mediodía llamaste a tu siervo San Pablo para ser un apóstol a los gentiles: Te rogamos que ilumines al mundo con el resplandor de tu gloria, para que todas las naciones vengan y te adoren; tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Se puede ofrecer intercesiones libres.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Oración Vespertina Diaria

Gracia y paz a ustedes, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Filipenses 1:2

Confesión de Pecado
Dios de misericordia, confesamos que hemos pecado contra ti por pensamiento, palabra y obra, por lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer. No te hemos amado con todo el corazón; no hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Sincera y humildemente nos arrepentimos. Por amor de tu Hijo Jesucristo, ten piedad de nosotros y perdónanos; así tu voluntad será nuestra alegría y andaremos por tus caminos, para gloria de tu Nombre. Amén.

Dios omnipotente tenga misericordia de nosotros, perdone todos nuestros pecados por Jesucristo nuestro Señor, nos fortalezca en toda bondad y por el poder del Espíritu Santo, nos conserve en la vida eterna. Amén.

Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Luz Alegrante Phos hilaron
Luz alegrante,
claridad pura del sempiterno Padre celestial,
Jesucristo, santo y bendito:

Ahora que hemos llegado al ocaso del sol,
y nuestros ojos miran la luz vespertina,
te alabamos con himnos, oh Dios: Padre,
Hijo y Espíritu Santo.

Digno eres de ser alabado en todos los tiempos
con voces gozosas,
oh Hijo de Dios, Dador de la vida;
por tanto te glorifica el universo entero.

Salmo 34
Bendeciré al Señor en todo tiempo; *
su alabanza estará siempre en mi boca.
En el Señor me gloriaré; *
lo oigan los mansos y se regocijen.
Proclamen conmigo la grandeza del Señor; *
ensalcemos a una su Nombre.
Busqué al Señor y él me respondió, *
y me libró de todos mis temores.
A él miren y sean alumbrados, *
y sus rostros no se avergÅencen.
Este pobre clamó, y el Señor le oyó, *
y lo libró de todas sus angustias.
El ángel del Señor acampa en derredor de los que le temen,*
y los libertará.
Gusten, y vean que es bueno el Señor; *
dichosos los que en el confían.
Teman al Señor, ustedes sus santos, *
pues nada falta a los que le temen.
Los leoncillos necesitan, y tienen hambre, *
pero los que buscan al Señor no tendrán falta de ningún bien.
Vengan, hijos, y escúchenme; *
el temor del Señor les enseñaré.
¿Hay alguien que ame la vida, *
y desee muchos días para ver el bien ?
Guarda tu lengua del mal, *
y tus labios de hablar engaño.
Apártate del mal, y haz el bien; *
busca la paz, y síguela.
Los ojos del Señor están sobre los justos, *
y atentos sus oídos a su clamor.
La ira del Señor contra los que mal hacen, *
para borrar de la tierra su memoria.
Claman los justos, y el Señor escucha, *
y los libra de todas sus angustias.
Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón, *
y salvará a los humildes de espíritu.
Muchos son las aflicciones de los justos, *
pero de todas ellas les librará el Señor.
El guarda todos sus huesos; *
ni uno de ellos será quebrantado.
Matará al malo la maldad, *
y los que aborrecen al justo serán condenados.
El Señor redime la vida de sus siervos, *
y no serán condenados los que en él confían.

Salmo150
¡Aleluya!
Alaben a Dios en su santo templo; *
alábenle en la bóveda de su poder.
Alábenle por sus proezas; *
alábenle por su inmensa grandeza.
Alábenle con el bramido del corno; *
alábenle con lira y arpa.
Alábenle con tambores y danzas; *
alábenle con cuerdas y caramillo.
Alábenle con címbalos resonantes; *
alábenle con címbalos clamorosos.
Todo lo que respira, *
alabe al Señor.
¡Aleluya!

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Daniel 12:1-3
En ese momento aparecerá Miguel, el gran ángel protector que defiende a tu pueblo. 'Será un momento angustioso, un momento como no ha habido otro desde que existen las naciones. Cuando ese momento llegue, se salvarán todos los de tu pueblo que tienen su nombre escrito en el libro. Muchos de los que duermen en la tumba, despertarán: unos para vivir eternamente, y otros para la vergüenza y el horror eternos. Los hombres sabios, los que guiaron a muchos por el camino recto, brillarán como la bóveda celeste; ¡brillarán por siempre, como las estrellas!

Cántico de María Magnificat
San Lucas 1:46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, *
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, *
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí;
su Nombre es santo.
Su misericordia llega a sus fieles, *
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo; *
dispersa a los soberbios de corazón.
Derriba del trono a los poderosos, *
y enaltece a los humildes.
A los hambrientos los colma de bienes, *
y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, *
acordándose de la misericordia,
Como lo había prometido a nuestros padres, *
en favor de Abrahán y su descendencia para siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

San Marcos 13:21-27
"Si entonces alguien les dice a ustedes: 'Miren, aquí está el Mesías', o 'Miren, allí está', no lo crean. Pues vendrán falsos mesías y falsos profetas; y harán señales y milagros, para engañar, de ser posible, hasta a los que Dios mismo ha escogido. ¡Tengan cuidado! Todo esto ya se lo he advertido a ustedes de antemano. Pero en aquellos días, pasado el tiempo de sufrimiento, el sol se oscurecerá, la luna dejará de dar su luz, las estrellas caerán del cielo y las fuerzas celestiales temblarán. Entonces se verá al Hijo del hombre venir en las nubes con gran poder y gloria. Él mandará a los ángeles, y reunirá a sus escogidos de los cuatro puntos cardinales, desde el último rincón de la tierra hasta el último rincón del cielo."

Cántico de Simeón Nunc dimittis
San Lucas 2:29-32

Ahora despides, Señor, a tu siervo, *
conforme a tu palabra, en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador, *
a quien has presentado ante todos los pueblos:
Luz para alumbrar a las naciones, *
y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.


Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.

Plegarias

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

Que esta noche sea santa, buena y pacífica,
Te rogamos, Señor.
Que tus santos ángeles nos conduzcan por los senderos de paz y de benevolencia,
Te rogamos, Señor.
Que nos perdones y absuelvas de nuestros pecados y ofensas,
Te rogamos, Señor.
Que haya paz para tu Iglesia y para todo el mundo,
Te rogamos, Señor.
Que partamos de esta vida en tu fe y temor, y no seamos condenados ante el gran tribunal de Cristo.
Te rogamos, Señor.
Que tu Espíritu Santo nos una en la comunión de todos tus santos, encomendándonos los unos a los otros y toda nuestra vida a Cristo,
Te rogamos, Señor.

Oh Dios eterno, que has establecido y constituido en orden maravilloso los ministerios de los ángeles y los mortales: Concede, en tu misericordia, que así como tus santos ángeles continuamente te sirven y adoran en el cielo, asimismo, por tu mandato, nos socorran y defiendan en la tierra; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Quédate con nosotros, Señor Jesús, ahora que la noche se acerca y ha pasado el día. Sé nuestro compañero en el camino, enciende nuestros corazones, y despierta la esperanza, para que te conozcamos tal como te revelas en las Escrituras y en la fracción del pan. Concede esto por amor de tu Nombre. Amén.

Vela, oh amantísimo Señor, con los que trabajan, o velan, o lloran esta noche. A tus ángeles manda que guarden a los que duermen. Cuida a los enfermos, Cristo Señor; otorga reposo a los cansados, bendice a los moribundos, consuela a los que sufren, compadécete de los afligidos, escuda a los gozosos. Todo esto te pedimos por tu gran amor. Amén.

Puede seguir intercesiones y acciones de gracias.

Acción de Gracias en General
Dios omnipotente, Padre de toda misericordia, nosotros, indignos siervos tuyos, humildemente te damos gracias por todo tu amor y benignidad a nosotros y a todos los seres humanos. Te bendecimos por nuestra creación, preservación y todas las bendiciones de esta vida; pero sobre todo por tu amor inmensurable en la redención del mundo por nuestro Señor Jesucristo; por los medios de gracia, y la esperanza de gloria. Y te suplicamos nos hagas conscientes de tus bondades de tal manera que, con un corazón verdaderamente agradecido, proclamemos tus alabanzas, no sólo con nuestros labios, sino también con nuestras vidas, entregándonos a tu servicio y caminando en tu presencia, en santidad y justicia, todos los días de nuestra vida; por Jesucristo nuestro Señor, a quien, contigo y el Espíritu Santo, sea todo honor y gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Gloria a Dios, cuyo poder, actuando en nosotros, puede realizar todas las cosas infinitamente mejor de lo que podemos pedir o pensar: Gloria a él en la Iglesia de generación en generación, y en Cristo Jesús por los siglos de los siglos. Amén. Efesios 3:20, 21

Oficio de Completas

El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y un perfecto fin. Amén.

Nuestro auxilio está en el Nombre del Señor;
Que hizo el cielo y la tierra.

Confesión
Dios todopoderoso, nuestro Padre celestial:
Hemos pecado contra ti,
por nuestra propia culpa,
por pensamiento, palabra y obra,
y por lo que hemos dejado de hacer.
Por amor de tu Hijo nuestro Señor Jesucristo,
perdona nuestras ofensas
y concédenos que te sirvamos
en novedad de vida,
para gloria de tu Nombre. Amén

Que el Dios todopoderoso nos conceda el perdón de todos nuestros pecados, y la gracia y fortaleza del Espíritu Santo. Amén.

Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Salmo 31 In te, Domine, speravi
En ti, oh Señor, he esperado; *
no sea yo avergonzado jamás;
líbrame en tu justicia.
Inclina a mí tu oído; *
apresúrate a librarme.
Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme;
porque tú eres mi risco y mi castillo; *
por tu Nombre me guiarás y me encaminarás.
Me sacarás de la red que han escondido para mí, *
pues tú eres mi refugio.
En tu mano encomiendo mi espíritu; *
tú me has redimido, oh Señor, Dios de verdad.

Salmo 134 Ecce nunc
Y ahora bendigan al Señor, siervos todos del Señor, *
los que de noche están de pie en la casa del Señor.
Eleven las manos hacia el santuario, y bendigan al Señor. *
El Señor que hizo los cielos y la tierra, te bendiga desde Sión.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Sean sobrios, y velen; porque su adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistan firmes en la fe. 1 San Pedro 5:8-9a
Demos gracias a Dios.

Puede cantarse un himno adecuado para la noche.

En tus manos, oh Señor, encomiendo mi espíritu;
Tú me has redimido, oh Señor, Dios de verdad.
Guárdanos, oh Señor, como a la niña de tus ojos;
Escóndenos bajo la sombra de tus alas.

Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.

Señor, escucha nuestra oración.
Y llegue a ti nuestro clamor.

Visita, oh Señor, este lugar, y ahuyenta de él todas las asechanzas del enemigo; que tus santos ángeles moren con nosotros para preservarnos en paz; y que tu bendición sea siempre sobre nosotros; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oh Dios, tu providencia inagotable sustenta al mundo en que vivimos y aun nuestra propia vida: Vela, de día y de noche, por los que trabajan mientras otros duermen, y concede que jamás olvidemos que nuestra vida común depende de nuestras faenas mutuas; por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.

Puede observarse una pausa, durante la cual se puede ofrecer intercesiones y acciones de gracias espontáneas.

Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo, y dormidos descansemos en paz.

Ahora despides, Señor, a tu siervo, *
conforme a tu palabra, en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador, *
a quien has presentado ante todos los pueblos:
Luz para alumbrar a las naciones, *
y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo, y dormidos descansemos en paz.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Que el Señor omnipotente y misericordioso: Padre, Hijo y Espíritu Santo, nos bendiga y nos guarde. Amén.

28.9.15

Lunes, Propio 21


Oración Matutina Diaria

Este es el día en que actuó el Señor; regocijémonos y alegrémonos en él. Salmo 118:24

Invitatorio y Salterio

Señor, abre nuestros labios.
Y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

La tierra es del Señor, pues él la hizo: vengan y adorémosle.

Venite Salmo 95:1-7
Vengan, cantemos alegremente al Señor; *
aclamemos con júbilo a la Roca que nos salva.
Lleguemos ante su presencia con alabanza, *
vitoreándole con cánticos;
Porque el Señor es Dios grande, *
y Rey grande sobre todos los dioses.
En su mano están las profundidades de la tierra, *
y las alturas de los montes son suyas.
Suyo el mar, pues él lo hizo, *
y sus manos formaron la tierra seca.
Vengan, adoremos y postrémonos; *
arrodillémonos delante del Señor nuestro Hacedor;
Porque él es nuestro Dios;
nosotros el pueblo de su dehesa, y ovejas de su mano. *
¡Ojalá escuchen hoy su voz!

Salmo 89:1-18
Tu amor, oh Señor, cantaré perpetuamente; *
de generación en generación anunciará mi boca tu fidelidad;
Porque seguro estoy que tu amor es para siempre; *
en los cielos has afirmado tu fidelidad.
"Hice pacto con mi escogido; *
juré a David mi siervo, diciendo:
'Para siempre confirmaré tu linaje, *
y edificaré tu trono por todas las generaciones'".
Proclaman los cielos tus maravillas, oh Señor, *
y tu fidelidad, en la asamblea de los seres celestiales;
Porque ¿quién en los cielos se compara al Señor? *
¿Quién como el Señor entre los dioses?
Dios es temido en el consejo de los seres celestiales, *
grande y terrible para cuantos le rodean.
Oh Señor Dios de los Ejércitos, ¿quién como tú? *
Dios poderoso, tu fidelidad te rodea.
Dominas la braveza del mar, *
y sosiegas el furor de las olas.
Tú quebrantaste a Rahab con herida de muerte;
con tu brazo poderoso esparciste a tus enemigos.
Tuyos son los cielos, tuya también la tierra; *
el mundo y su plenitud, tú lo fundaste.
El norte y el sur, tú los creaste; *
el Tabor y el Hermón cantan con júbilo en tu Nombre.
Tienes un brazo poderoso; *
fuerte es tu izquierda y alta tu diestra.
Rectitud y justicia son el cimiento de tu trono; *
amor y fidelidad van delante de tu rostro.
¡Dichoso el pueblo que sabe la aclamación festiva! *
Camina, oh Señor, a la luz de tu rostro.
En tu Nombre se regocija todo el día, *
y en tu justicia es jubiloso;
Porque tú eres la gloria de su fortaleza, *
y con tu favor se acrecienta nuestro poder.
Ciertamente, el Señor es nuestro Soberano, *
y nuestro Rey es el Santo de Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

2 Reyes 17:24-41
El rey de Asiria llevó gente de Babilonia, Cuta, Avá, Hamat y Sefarvaim, y la estableció en las ciudades de Samaria, en lugar de los israelitas. Así tomaron posesión de Samaria y vivieron en sus ciudades. Pero como esta gente no rendía culto al Señor, cuando comenzaron a establecerse el Señor les mandó leones, los cuales mataron a algunos de ellos. Fueron entonces a decirle al rey de Asiria: "La gente que has llevado a las ciudades de Samaria para que se establezca allí, no conoce la religión del dios de ese país y, por no conocerla, él les ha mandado leones, que los están matando." Así pues, el rey de Asiria ordenó: "Envíen alguno de los sacerdotes que trajeron cautivos, para que vaya a vivir allí y les enseñe la religión del dios del país." Entonces uno de los sacerdotes que ellos habían desterrado de Samaria fue y se estableció en Betel, y les enseñó a rendir culto al Señor. Pero cada nación se hizo su propio dios en la ciudad donde habitaba, y lo puso en los santuarios de los lugares altos que habían construido los samaritanos. Los de Babilonia hicieron una representación de Sucot-benot; los de Cuta, una de Nergal, y los de Hamat, una de Asimá. Los de Avá hicieron un Nibhaz y un Tartac, y los de Sefarvaim quemaban a sus hijos en el fuego como sacrificio a Adramélec y a Anamélec, sus dioses. Además rendían culto al Señor, pero nombraron sacerdotes de entre ellos mismos para que prestaran servicio en los santuarios paganos. Así que, aunque rendían culto al Señor, seguían adorando a sus propios dioses, según la costumbre de las naciones de donde habían sido desterrados. Todavía hoy hacen lo mismo que antes hacían, pues no rinden culto al Señor ni actúan de acuerdo con sus leyes y decretos, ni según la enseñanza y los mandamientos que el Señor ordenó cumplir a los descendientes de Jacob, a quien dio el nombre de Israel. Cuando el Señor hizo una alianza con ellos, les ordenó: "No rindan culto a otros dioses, ni los adoren ni les sirvan ofreciéndoles sacrificios. Ríndanme culto a mí, el Señor su Dios, que los sacó de Egipto con gran despliegue de poder. Solo a mí deben rendirme culto, y adorarme y ofrecerme sacrificios. Además cumplan fielmente las leyes y decretos, y la enseñanza y mandamientos que les he dado por escrito, y no rindan culto a otros dioses. No olviden la alianza que he hecho con ustedes, ni rindan culto a otros dioses, sino solo a mí, el Señor su Dios, y yo los libraré del dominio de sus enemigos." Sin embargo, esas naciones no hicieron caso, sino que siguieron con sus prácticas anteriores; y, a la vez que rendían culto al Señor, también seguían adorando a sus ídolos. Y sus descendientes hicieron lo mismo que sus antepasados, y hasta el día de hoy lo hacen así.

Primer Cántico de Isaías Ecce, Deus
Isaías 12:2-6

He aquí es Dios quien me salva; *
confiaré en él y no temeré.
Mi fortaleza y mi refugio es el Señor; *
él se hizo mi Salvador.
Sacarán ustedes aguas con júbilo *
de las fuentes de salvación.
Aquel día dirán: *
Den gracias al Señor e invoquen su Nombre.
Cuenten a los pueblos sus hazañas; *
pregonen que su Nombre es excelso.
Canten alabanzas al Señor, porque ha hecho cosas sublimes, *
y esto es conocido por toda la tierra.
Vitoreen, habitantes de Sión, con gritos de júbilo, *
porque grande es en medio de ti el Santo de Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

1 Corintios 7:25-31
En cuanto a las mujeres no casadas, no tengo ningún mandato especial del Señor; pero doy mi opinión, como uno que es digno de confianza por la misericordia del Señor. A mí me parece que es preferible que cada uno se quede tal como está, por causa de los tiempos difíciles en que vivimos. Si tienes mujer, no la abandones; y si no tienes, no la busques. Si te casas, no cometes pecado; y si una mujer soltera se casa, tampoco comete pecado. Pero los que se casan van a tener los sufrimientos propios de la naturaleza humana, que yo quisiera evitarles. Hermanos, lo que quiero decir es esto: Nos queda poco tiempo. Por lo tanto, los casados deben vivir como si no lo estuvieran; los que están de luto deben portarse como si estuvieran de fiesta, y los que están de fiesta deben portarse como si estuvieran de luto; los que compran deben vivir como si nada fuera suyo; y los que están usando de este mundo deben vivir como si no estuvieran sacando provecho de él, porque este mundo que vemos ha de terminar.

Cántico de los Redimidos Magna et mirabilia
Apocalipsis 15:3-4

Grandes y asombrosas son tus obras, *
Señor Dios, Rey del universo;
Justos y fidedignos tus caminos, *
oh Rey de los siglos.
¿Quién no te acatará y bendecirá tu Nombre? *
Tú sólo eres el Santo.
Todas las naciones vendrán y se postrarán ante ti, *
Pues tus hechos justos se hicieron manifiestos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.

Plegarias

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

A
Señor, muéstranos tu misericordia;
Y concédenos tu salvación.
Reviste a tus ministros de justicia;
Que cante tu pueblo de júbilo.
Establece, Señor, la paz en todo el mundo;
Porque sólo en ti vivimos seguros.
Protege, Señor, a esta nación;
Y guíanos por la senda de justicia y de verdad.
Que se conozcan en la tierra tus caminos;
Y entre los pueblos tu salvación.
Señor, que no se olvide a los necesitados;
Ni se arranque la esperanza a los pobres.
Señor, crea en nosotros un corazón limpio;
Y susténtanos con tu Santo Espíritu.

Oh Dios, que manifiestas tu infinito poder especialmente mostrando piedad y misericordia: Derrama sobre nosotros la plenitud de tu gracia; a fin de que, esforzándonos para obtener tus promesas, seamos partícipes de tus tesoros celestiales; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Dios, autor de la paz y amante de la concordia, conocerte es vida eterna, y servirte, plena libertad: Defiende a estos tus humildes siervos de todos los asaltos de nuestros enemigos; para que, confiados en tu protección, no temamos la fuerza de ningún adversario; por el poder de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oh Dios, que has hecho de una sola sangre a todos los pueblos de la tierra, y enviaste a tu bendito Hijo a predicar la paz, tanto a los que están lejos como a los que están cerca: Concede que la gente en todo lugar te busque y te encuentre; trae a las naciones a tu redil; derrama tu Espíritu sobre toda carne; y apresura la venida de tu reino; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Puede seguir intercesiones y acciones de gracias

Acción de Gracias en General
Dios omnipotente, Padre de toda misericordia, nosotros, indignos siervos tuyos, humildemente te damos gracias por todo tu amor y benignidad a nosotros y a todos los seres humanos. Te bendecimos por nuestra creación, preservación y todas las bendiciones de esta vida; pero sobre todo por tu amor inmensurable en la redención del mundo por nuestro Señor Jesucristo; por los medios de gracia, y la esperanza de gloria. Y te suplicamos nos hagas conscientes de tus bondades de tal manera que, con un corazón verdaderamente agradecido, proclamemos tus alabanzas, no sólo con nuestros labios, sino también con nuestras vidas, entregándonos a tu servicio y caminando en tu presencia, en santidad y justicia, todos los días de nuestra vida; por Jesucristo nuestro Señor, a quien, contigo y el Espíritu Santo, sea todo honor y gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

Oración de San Juan Crisóstomo

Dios todopoderoso, que nos diste la gracia para unirnos en este momento, a fin de ofrecerte nuestras súplicas en común; y que, por tu muy amado Hijo, nos prometiste que, cuando dos o tres se congregan en su Nombre, tú estarás en medio de ellos: Realiza ahora, Señor, nuestros deseos y peticiones como mejor nos convenga; y concédenos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero, la vida eterna. Amén.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Gloria a Dios, cuyo poder, actuando en nosotros, puede realizar todas las cosas infinitamente mejor de lo que podemos pedir o pensar: Gloria a él en la Iglesia de generación en generación, y en Cristo Jesús por los siglos de los siglos. Amén. Efesios 3:20, 21

Oficio para el Mediodía

Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Salmo 119 Lucerna pedibus meis

Lámpara es a mis pies tu palabra, *
y lumbrera en mi camino.
He jurado y estoy resuelto *
a guardar tus rectos juicios.
Afligido estoy en gran manera; *
vivifícame, oh Señor, conforme a tu palabra.
Acepta, oh Señor, la ofrenda voluntaria de mis labios, *
y enséñame tus juicios.
Mi vida está siempre en peligro; *
por tanto no olvido tu ley.
Me tendieron lazo los malvados, *
pero yo no me desvié de tus mandamientos.
Son tus decretos mi herencia eterna, *
en verdad, el gozo de mi corazón.
Mi corazón incliné a cumplir tus estatutos, *
eternamente y hasta el fin.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. Romanos 5:5
Demos gracias a Dios.

Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.

Señor, escucha nuestra oración;
Y llegue a ti nuestro clamor.

Padre celestial, envía tu Santo Espíritu a nuestros corazones, para que nos dirija y gobierne según tu voluntad, nos consuele en todas nuestras aflicciones, nos defienda de todo error, y nos conduzca a toda verdad; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Se puede ofrecer intercesiones libres.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Oración Vespertina Diaria

Busquen al que hace las Pléyades y el Orión, y vuelve las tinieblas en mañana, y hace oscurecer el día como noche; el que llama a las aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra; el Señor es su Nombre. Amós 5:8

Confesión de Pecado
Dios de misericordia, confesamos que hemos pecado contra ti por pensamiento, palabra y obra, por lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer. No te hemos amado con todo el corazón; no hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Sincera y humildemente nos arrepentimos. Por amor de tu Hijo Jesucristo, ten piedad de nosotros y perdónanos; así tu voluntad será nuestra alegría y andaremos por tus caminos, para gloria de tu Nombre. Amén.

Dios omnipotente tenga misericordia de nosotros, perdone todos nuestros pecados por Jesucristo nuestro Señor, nos fortalezca en toda bondad y por el poder del Espíritu Santo, nos conserve en la vida eterna. Amén.

Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Luz Alegrante Phos hilaron
Luz alegrante,
claridad pura del sempiterno Padre celestial,
Jesucristo, santo y bendito:

Ahora que hemos llegado al ocaso del sol,
y nuestros ojos miran la luz vespertina,
te alabamos con himnos, oh Dios: Padre,
Hijo y Espíritu Santo.

Digno eres de ser alabado en todos los tiempos
con voces gozosas,
oh Hijo de Dios, Dador de la vida;
por tanto te glorifica el universo entero.

Salmo 89:19-52
Hablaste una vez a tus fieles en una visión, y dijiste: *
"He puesto la corona sobre un héroe; he levantado a un escogido del pueblo.
Hallé a David mi siervo; *
lo ungí con mi óleo sagrado.
Mi mano estará siempre con él; *
mi brazo también lo fortalecerá.
No lo engañará ningún enemigo, *
ni cualquier malvado lo humillará.
Aplastaré delante de él a sus enemigos *
y heriré a los que le aborrecen.
Mi amor y fidelidad lo acompañarán, *
y por mi Nombre será victorioso.
Pondré su izquierda sobre el mar, *
y su diestra sobre el río.
El me invocará: 'Tú eres mi Padre, *
mi Dios, y la roca de mi salvación'.
Yo le pondré por primogénito, *
el más excelso de los reyes de la tierra.
Sostendré mi amor por él para siempre, *
y mi pacto continuará firme con él.
Afirmaré su descendencia para siempre, *
y su trono como los días de los cielos".
"Si abandonaren sus hijos mi ley, *
y no anduvieren de acuerdo con mis juicios;
Si profanaren mis estatutos, *
y no guardaren mis mandamientos;
Entonces castigaré con vara su rebelión, *
y con azotes sus iniquidades;
Mas no retiraré de él mi amor, *
ni falsearé mi fidelidad.
No violaré mi pacto, *
ni cambiaré lo que ha salido de mis labios.
De una vez por todas he jurado por mi santidad: *
'No mentiré a David.
Su linaje perdurará para siempre, *
y su trono como el sol delante de mí.
Será firme para siempre como la luna, *
testigo fiel en los cielos'".
Pero te has airado con tu ungido; *
lo has rechazado y desechado.
Has roto el pacto con tu siervo; *
has profanado su corona, arrojándola al suelo.
Has abierto brecha en sus murallas, *
y has derribado sus fortalezas.
Lo saquean todos los que pasan por el camino; *
es escarnio de sus vecinos.
Has exaltado la diestra de sus enemigos; *
has alegrado a sus adversarios.
Has desviado el filo de su espada, *
y no lo has sostenido en la batalla.
Has acabado con su esplendor, *
y has derribado su trono por tierra.
Has acortado los días de su juventud, *
y lo has cubierto de ignominia.
¿Hasta cuándo, oh Señor, te esconderás? ¿Te esconderás para siempre? *
¿Hasta cuándo arderá tu ira como el fuego?
Recuerda, oh Señor, cuán breve es la vida,
cuán frágil has creado toda carne.
¿Quién vivirá y no verá la muerte? *
¿Quién podrá salvar su vida del poder de la fosa?
Oh Señor, ¿dónde están tus antiguas misericordias, *
que juraste a David en tu fidelidad?
Acuérdate, oh Señor, del escarnio de tu siervo, *
de las mofas de muchos pueblos, que llevo en mi seno,
Las mofas que tus enemigos, oh Señor, han lanzado, *
las que lanzaron a las huellas de tu ungido.
¡Bendito el Señor por siempre jamás! *
Amén y Amén.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo:
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

San Mateo 6:25-34
"Por lo tanto, yo les digo: No se preocupen por lo que han de comer o beber para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. ¿No vale la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa? Miren las aves que vuelan por el aire: no siembran ni cosechan ni guardan la cosecha en graneros; sin embargo, el Padre de ustedes que está en el cielo les da de comer. ¡Y ustedes valen más que las aves! En todo caso, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar su vida ni siquiera una hora? ¿Y por qué se preocupan ustedes por la ropa? Fíjense cómo crecen los lirios del campo: no trabajan ni hilan. Sin embargo, les digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, ¡con mayor razón los vestirá a ustedes, gente falta de fe! Así que no se preocupen, preguntándose: '¿Qué vamos a comer?' o '¿Qué vamos a beber?' o '¿Con qué vamos a vestirnos?' Todas estas cosas son las que preocupan a los paganos, pero ustedes tienen un Padre celestial que ya sabe que las necesitan. Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas. No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas."

Cántico de María Magnificat
San Lucas 1:46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, *
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, *
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí;
su Nombre es santo.
Su misericordia llega a sus fieles, *
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo; *
dispersa a los soberbios de corazón.
Derriba del trono a los poderosos, *
y enaltece a los humildes.
A los hambrientos los colma de bienes, *
y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, *
acordándose de la misericordia,
Como lo había prometido a nuestros padres, *
en favor de Abrahán y su descendencia para siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.

Plegarias

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

B
Que esta noche sea santa, buena y pacífica,
Te rogamos, Señor.
Que tus santos ángeles nos conduzcan por los senderos de paz y de benevolencia,
Te rogamos, Señor.
Que nos perdones y absuelvas de nuestros pecados y ofensas,
Te rogamos, Señor.
Que haya paz para tu Iglesia y para todo el mundo,
Te rogamos, Señor.
Que partamos de esta vida en tu fe y temor, y no seamos condenados ante el gran tribunal de Cristo.
Te rogamos, Señor.
Que tu Espíritu Santo nos una en la comunión de todos tus santos, encomendándonos los unos a los otros y toda nuestra vida a Cristo,
Te rogamos, Señor.

Oh Dios, que manifiestas tu infinito poder especialmente mostrando piedad y misericordia: Derrama sobre nosotros la plenitud de tu gracia; a fin de que, esforzándonos para obtener tus promesas, seamos partícipes de tus tesoros celestiales; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Sé nuestra luz en las tinieblas, oh Señor, y por tu gran misericordia defiéndenos de todos los peligros y riesgos de esta noche; por amor de tu único Hijo, nuestro Salvador Jesucristo. Amén.

Vela, oh amantísimo Señor, con los que trabajan, o velan, o lloran esta noche. A tus ángeles manda que guarden a los que duermen. Cuida a los enfermos, Cristo Señor; otorga reposo a los cansados, bendice a los moribundos, consuela a los que sufren, compadécete de los afligidos, escuda a los gozosos. Todo esto te pedimos por tu gran amor. Amén.

Puede seguir intercesiones y acciones de gracias

Oración de San Juan Crisóstomo

Dios todopoderoso, que nos diste la gracia para unirnos en este momento, a fin de ofrecerte nuestras súplicas en común; y que, por tu muy amado Hijo, nos prometiste que, cuando dos o tres se congregan en su Nombre, tú estarás en medio de ellos: Realiza ahora, Señor, nuestros deseos y peticiones como mejor nos convenga; y concédenos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero, la vida eterna. Amén.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Que el Dios de la esperanza nos colme de todo gozo y paz en nuestra fe, por el poder del Espíritu Santo. Amén. Romanos 15:13

Oficio de Completas

El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y un perfecto fin. Amén.

Nuestro auxilio está en el Nombre del Señor;
Que hizo el cielo y la tierra.

Confesión
Dios todopoderoso, nuestro Padre celestial:
Hemos pecado contra ti,
por nuestra propia culpa,
por pensamiento, palabra y obra,
y por lo que hemos dejado de hacer.
Por amor de tu Hijo nuestro Señor Jesucristo,
perdona nuestras ofensas
y concédenos que te sirvamos
en novedad de vida,
para gloria de tu Nombre. Amén

Que el Dios todopoderoso nos conceda el perdón de todos nuestros pecados, y la gracia y fortaleza del Espíritu Santo. Amén.

Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Salmo 4 Cum invocarem
Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia; *
cuando estaba en angustia, tú me libraste;
ten misericordia de mí, y escucha mi oración.
"Mortales, ¿hasta cuándo volverán mi honra en infamia, *
amarán la vanidad, y buscarán la mentira?"
Sepan, pues, que el Señor ha escogido a los fieles para sí; *
el Señor oirá cuando yo a él clamare.
Tiemblen y no pequen; *
mediten en su corazón estando en su cama, y callen.
Ofrezcan sacrificios rectos, *
y confíen en el Señor.
Muchos son los que dicen: "¿Quién nos mostrará el bien?" *
Alza sobre nosotros, oh Señor, la luz de tu rostro.
Tú diste alegría a mi corazón, *
mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto.
En paz me acostaré, y en seguida dormiré; *
porque sólo tú, oh Señor, me haces vivir seguro.

Salmo 134 Ecce nunc
Y ahora bendigan al Señor, siervos todos del Señor, *
los que de noche están de pie en la casa del Señor.
Eleven las manos hacia el santuario, y bendigan al Señor. *
El Señor que hizo los cielos y la tierra, te bendiga desde Sión.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.


Tú estás entre nosotros, oh Señor, y sobre nosotros es invocado tu Nombre; no nos desampares, Señor nuestro Dios. Jeremías 14:9, 22
Demos gracias a Dios.

Puede cantarse un himno adecuado para la noche.

En tus manos, oh Señor, encomiendo mi espíritu;
Tú me has redimido, oh Señor, Dios de verdad.
Guárdanos, oh Señor, como a la niña de tus ojos;
Escóndenos bajo la sombra de tus alas.

Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.

Señor, escucha nuestra oración.
Y llegue a ti nuestro clamor.

Sé nuestra luz en las tinieblas, oh Señor, y por tu gran misericordia defiéndenos de todos los peligros y riesgos de esta noche; por amor de tu único Hijo, nuestro Salvador Jesucristo. Amén.

Visita, oh Señor, este lugar, y ahuyenta de él todas las asechanzas del enemigo; que tus santos ángeles moren con nosotros para preservarnos en paz; y que tu bendición sea siempre sobre nosotros; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Puede observarse una pausa, durante la cual se puede ofrecer intercesiones y acciones de gracias espontáneas.


Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo, y dormidos descansemos en paz.

Ahora despides, Señor, a tu siervo, *
conforme a tu palabra, en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador, *
a quien has presentado ante todos los pueblos:
Luz para alumbrar a las naciones, *
y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo, y dormidos descansemos en paz.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Que el Señor omnipotente y misericordioso: Padre, Hijo y Espíritu Santo, nos bendiga y nos guarde. Amén.

27.9.15

Domingo, Propio 21



Oración Matutina Diaria

Este es el día en que actuó el Señor; regocijémonos y alegrémonos en él. Salmo 118:24

Invitatorio y Salterio

Señor, abre nuestros labios.
Y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

La tierra es del Señor, pues él la hizo: vengan y adorémosle.

Jubilate Salmo 100
Regocíjense en el Señor, pueblos todos; *
sirvan al Señor con alegría;
vengan ante su presencia con cánticos.
Sepan que el Señor es Dios; *
él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entren por sus puertas con acción de gracias,
en sus atrios con alabanza; *
denle gracias, y bendigan su Nombre;
Porque el Señor es bueno;
para siempre es su misericordia; *
su fidelidad perdura de generación en generación.

Salmo 66
Aclamen a Dios, toda la tierra; *
canten la gloria de su Nombre;
canten la gloria de su alabanza.
Digan a Dios: "¡Cuán asombrosas tus obras! *
Por la grandeza de tu poder se someten a ti tus enemigos.
Toda la tierra te adora; *
te canta, canta tu Nombre".
Vengan, y vean las obras de Dios, *
¡cuán temibles sus proezas para el género humano!
Convirtió el mar en tierra seca,
para que atravesaran el agua a pie; *
y allí nos alegramos en él.
En su poder él se enseñorea eternamente;
sus ojos atalayan sobre las naciones; *
que no se subleven los rebeldes.
Bendigan, pueblos, a nuestro Dios; *
hagan oír la voz de su alabanza.
El es quien preserva a nuestra alma en vida; *
y no permite que nuestros pies resbalen;
Porque tú, oh Dios, nos probaste; *
nos refinaste como refinan la plata.
Nos metiste en la red; *
pusiste sobre nuestros lomos pesada carga.
Hiciste cabalgar enemigos sobre nuestra cabeza;
atravesamos por fuego y agua; *
pero nos sacaste a un lugar de abundancia.
Entraré a tu casa con holocaustos, y te pagaré mis votos, *
los que pronunciaron mis labios,
y habló mi boca, cuando estaba angustiado.
Te ofreceré holocaustos de animales cebados, con sahumerios de carneros; *
inmolaré bueyes y cabros.
Vengan, oigan, cuantos temen a Dios, *
y les contaré lo que ha hecho conmigo.
A él clamé con mi boca, *
y lo ensalzó mi lengua.
Si yo tuviese maldad en mi corazón, *
mi Soberano no me habría escuchado;
Mas ciertamente me escuchó Dios, *
y atendió a la voz de mi súplica.
Bendito sea Dios, que no rechazó mi oración, *
ni me retiró su favor.

Salmo 67
Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga, *
haga resplandecer su rostro y venga a nosotros.
Sean conocidos en la tierra tus caminos, *
en todas las naciones tu salvación.
Te alaben los pueblos, oh Dios; *
todos los pueblos te alaben.
Alégrense las naciones y aclamen con júbilo, *
porque juzgas los pueblos con equidad, y diriges todas las naciones de la tierra.
Te alaben los pueblos, oh Dios; *
todos los pueblos te alaben.
La tierra ha dado su fruto; *
nos bendiga Dios, el Dios nuestro.
Dios nos bendiga; *
témanlo todos los confines de la tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Las Lecciones

2 Reyes 17:1-18
En el año doce del reinado de Ahaz, rey de Judá, Oseas, hijo de Elá, comenzó a reinar sobre Israel, y reinó nueve años en Samaria. Pero sus hechos fueron malos a los ojos del Señor, aunque no tanto como los de los reyes que hubo antes de él en Israel. Salmanasar, rey de Asiria, atacó a Oseas, y este fue hecho su siervo y tributario. Pero descubrió Salmanasar que Oseas estaba conspirando contra él, y que había enviado unos agentes a So, rey de Egipto, además de que ya no le pagaba el tributo anual. Ordenó entonces Salmanasar que arrestaran a Oseas y lo pusieran en prisión; luego invadió el país entero y atacó a Samaria, manteniendo el ataque durante tres años. Finalmente, en el año nueve del reinado de Oseas, el rey de Asiria tomó Samaria, y a los israelitas los llevó cautivos a Asiria y los estableció en Halah, en la región del Habor, río de Gozán, y en las ciudades de los medos. Esto sucedió porque los israelitas habían pecado contra el Señor su Dios, que los hizo salir de Egipto y los libró del dominio del faraón, rey de Egipto, pues adoraron a otros dioses y siguieron las prácticas de las naciones que el Señor había arrojado de la presencia de ellos, así como las establecidas por los reyes de Israel. Además, los israelitas pronunciaron palabras impropias contra el Señor su Dios, y construyeron santuarios paganos en todas sus ciudades, lo mismo en las torres de vigilancia que en las ciudades fortificadas. También levantaron piedras sagradas y representaciones de Aserá en cada colina y bajo todo árbol frondoso, y conforme a las prácticas de las naciones que el Señor había desterrado de la presencia de ellos, quemaron incienso y cometieron acciones malvadas, provocando así la ira del Señor. Adoraron ídolos, cosa que el Señor les había prohibido expresamente. Ya por medio de todos los profetas y videntes, el Señor había advertido a los israelitas que se convirtieran de sus malos caminos y cumplieran los mandamientos y leyes de toda la enseñanza que él había dado a sus antepasados por medio de sus siervos los profetas. Pero ellos no hicieron caso, sino que fueron tan tercos como sus antepasados, los cuales no confiaron en el Señor su Dios; despreciaron sus leyes, y la alianza que había hecho con sus antepasados, y los mandatos que les había dado. Además siguieron a dioses sin ningún valor, con lo que también ellos perdieron su valor, e imitaron a las naciones que había a su alrededor, cosa que les había prohibido el Señor. Dejaron todos los mandamientos del Señor su Dios, y se hicieron dos becerros de bronce fundido y una representación de Aserá, y además adoraron a todos los astros del cielo y a Baal. También hicieron quemar a sus hijos e hijas, practicaron la adivinación y los augurios, y se entregaron a hacer lo malo a los ojos del Señor, provocando así su ira. Por lo tanto, el Señor se enfureció contra Israel y lo arrojó de su presencia, y no dejó más que a la tribu de Judá.

Cántico de Zacarías Benedictus Dominus Deus
San Lucas 1:68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel, *
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
Suscitándonos un poderoso Salvador *
en la casa de David su siervo,
Según lo había predicho desde antiguo *
por boca de sus santos profetas.
Es el Salvador que nos libra de nuestros enemigos,
y de la mano de todos los que nos odian,
Realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, *
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán;
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos, *
le sirvamos con santidad y justicia
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, *
porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, *
Anunciando a su pueblo la salvación, *
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, *
nos visitará el sol que nace de lo alto,
Para iluminar a los que viven en tinieblas y
en sombra de muerte, *
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Hechos 9:36-43
Por aquel tiempo había en la ciudad de Jope una creyente llamada Tabitá, que en griego significa Dorcas. Esta mujer pasaba su vida haciendo el bien y ayudando a los necesitados. Por aquellos días, Dorcas enfermó y murió. Su cuerpo, después de haber sido lavado, fue puesto en un cuarto del piso alto. Jope estaba cerca de Lida, donde Pedro se encontraba; y como los creyentes supieron que estaba allí, mandaron dos hombres a decirle: "Venga usted a Jope sin demora." Y Pedro se fue con ellos. Cuando llegó, lo llevaron al cuarto donde estaba el cuerpo; y todas las viudas, llorando, rodearon a Pedro y le mostraron los vestidos y túnicas que Dorcas había hecho cuando aún vivía. Pedro los hizo salir a todos, y se arrodilló y oró; luego, mirando a la muerta, dijo: “¡Tabitá, levántate!” Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se sentó. Él la tomó de la mano y la levantó; luego llamó a los creyentes y a las viudas, y la presentó viva. Esto se supo en toda la ciudad de Jope, y muchos creyeron en el Señor. Pedro se quedó varios días en la ciudad, en casa de un curtidor que se llamaba Simón.

Te Deum Te Deum laudamus

A ti, como Dios, te alabamos;
a ti, Señor, te reconocemos;
a ti, eterno Padre, te venera toda la tierra.
Los ángeles todos, los cielos y todas
las potestades te honran;
los querubines y serafines te cantan sin cesar:
Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
A ti te ensalza el glorioso coro de los apóstoles,
la multitud admirable de los profetas,
la brillante muchedumbre de los mártires.
A ti te glorifica la santa Iglesia por todo el orbe;
A ti, Padre de majestad inmensa,
a tu adorable, verdadero y único Hijo,
también al Espíritu Santo, el Paráclito.
Tú eres el Rey de la gloria, oh Cristo;
tú eres el Hijo único del Padre;
tú, al hacerte hombre para salvarnos,
no desdeñaste el seno de la Virgen.
Tú, quebrantando el aguijón de la muerte,
abriste a los creyentes el reino del cielo.
Tú estás sentado a la derecha del Padre.
Creemos que un día has de venir como juez.
Te rogamos, pues, que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.
Haz que en la gloria eterna
nos contemos entre tus santos.

Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.

Plegarias

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

A
Señor, muéstranos tu misericordia;
Y concédenos tu salvación.
Reviste a tus ministros de justicia;
Que cante tu pueblo de júbilo.
Establece, Señor, la paz en todo el mundo;
Porque sólo en ti vivimos seguros.
Protege, Señor, a esta nación;
Y guíanos por la senda de justicia y de verdad.
Que se conozcan en la tierra tus caminos;
Y entre los pueblos tu salvación.
Señor, que no se olvide a los necesitados;
Ni se arranque la esperanza a los pobres.
Señor, crea en nosotros un corazón limpio;
Y susténtanos con tu Santo Espíritu.

Oh Dios, tú nos alegras con el recuerdo semanal de la gloriosa resurrección de tu Hijo nuestro Señor: Concédenos tal bendición en este día, mediante nuestra adoración, que ocupemos todos los días de esta semana en tu favor; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oh Dios, que manifiestas tu infinito poder especialmente mostrando piedad y misericordia: Derrama sobre nosotros la plenitud de tu gracia; a fin de que, esforzándonos para obtener tus promesas, seamos partícipes de tus tesoros celestiales; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Dios, autor de la paz y amante de la concordia, conocerte es vida eterna, y servirte, plena libertad: Defiende a estos tus humildes siervos de todos los asaltos de nuestros enemigos; para que, confiados en tu protección, no temamos la fuerza de ningún adversario; por el poder de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Señor Jesucristo, tú extendiste tus brazos amorosos sobre el cruel madero de la cruz, para estrechar a todos los seres humanos en tu abrazo salvador: Revístenos con tu Espíritu de tal manera que, extendiendo nuestras manos en amor, llevemos a quienes no te conocen a reconocerte y amarte; por el honor de tu Nombre. Amén.
Puede seguir intercesiones y acciones de gracias

Oración de San Juan Crisóstomo
Dios todopoderoso, que nos diste la gracia para unirnos en este momento, a fin de ofrecerte nuestras súplicas en común; y que, por tu muy amado Hijo, nos prometiste que, cuando dos o tres se congregan en su Nombre, tú estarás en medio de ellos: Realiza ahora, Señor, nuestros deseos y peticiones como mejor nos convenga; y concédenos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero, la vida eterna. Amén.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén. 2 Corintios 13:14


Oficio para el Mediodía

Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Salmo 119 Lucerna pedibus meis

Lámpara es a mis pies tu palabra, *
y lumbrera en mi camino.
He jurado y estoy resuelto *
a guardar tus rectos juicios.
Afligido estoy en gran manera; *
vivifícame, oh Señor, conforme a tu palabra.
Acepta, oh Señor, la ofrenda voluntaria de mis labios, *
y enséñame tus juicios.
Mi vida está siempre en peligro; *
por tanto no olvido tu ley.
Me tendieron lazo los malvados, *
pero yo no me desvié de tus mandamientos.
Son tus decretos mi herencia eterna, *
en verdad, el gozo de mi corazón.
Mi corazón incliné a cumplir tus estatutos, *
eternamente y hasta el fin.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. Romanos 5:5
Demos gracias a Dios.

Demos gracias a Dios.
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.

Señor, escucha nuestra oración;
Y llegue a ti nuestro clamor.

Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles, "La paz les dejo, mi paz les doy": No mires nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia; y concédenos la paz y la unidad de esa Ciudad celestial; donde con el Padre y el Espíritu Santo tú vives y reinas ahora y por siempre. Amén.

Se puede ofrecer intercesiones libres.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.


Oración Vespertina Diaria

Bendeciré al Señor que me aconseja; aun en las noches me enseña mi corazón. Al Señor he puesto siempre delante de mí; porque está a mi diestra no seré conmovido. Salmo 16:7, 8

Confesión de Pecado
Dios de misericordia, confesamos que hemos pecado contra ti por pensamiento, palabra y obra, por lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer. No te hemos amado con todo el corazón; no hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Sincera y humildemente nos arrepentimos. Por amor de tu Hijo Jesucristo, ten piedad de nosotros y perdónanos; así tu voluntad será nuestra alegría y andaremos por tus caminos, para gloria de tu Nombre. Amén.

Dios omnipotente tenga misericordia de nosotros, perdone todos nuestros pecados por Jesucristo nuestro Señor, nos fortalezca en toda bondad y por el poder del Espíritu Santo, nos conserve en la vida eterna. Amén.

Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Luz Alegrante Phos hilaron
Luz alegrante,
claridad pura del sempiterno Padre celestial,
Jesucristo, santo y bendito:

Ahora que hemos llegado al ocaso del sol,
y nuestros ojos miran la luz vespertina,
te alabamos con himnos, oh Dios: Padre,
Hijo y Espíritu Santo.

Digno eres de ser alabado en todos los tiempos
con voces gozosas,
oh Hijo de Dios, Dador de la vida;
por tanto te glorifica el universo entero.

Salmo 19
Los cielos proclaman la gloria de Dios, *
y la bóveda celeste pregona las obras de sus manos.
Un día emite palabra al otro día, *
y una noche a la otra noche imparte sabiduría.
Aunque no hay palabras, ni lenguaje, *
ni son oídas sus voces,
Por toda la tierra salió su sonido, *
y hasta el extremo del mundo su mensaje.
En el mar puso tabernáculo para el sol, *
y éste, como esposo que sale de su alcoba,
se alegra cual paladín para correr su camino.
De un extremo de los cielos es su salida,
y su curso hasta el término de ellos; *
nada hay que se esconda de su calor.
La ley del Señor es perfecta, que aviva el alma; *
el testimonio del Señor es fiel, que hace sabio al sencillo.
Los mandamientos del Señor son rectos, que alegran el corazón; *
el precepto del Señor es claro, que alumbra los ojos.
El temor del Señor es limpio, que permanece para siempre; *
los juicios del Señor son verdad, completamente justos.
Deseables son, más que el oro, más que oro fino; *
dulce más que miel, que la que destila del panal.
Tu siervo es además por ellos alumbrado, *
y al guardarlos hay grande galardón.
¿Quién podrá entender sus propios errores? *
Líbrame de los que me son ocultos.
Preserva también a tu siervo de las soberbias, que no se enseñoreen de mí; *
entonces seré íntegro, y estaré limpio del gran pecado.
Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, *
oh Señor, Roca mía y Redentor mío.

Salmo 46
Dios es nuestro refugio y fortaleza, *
nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, *
y se desplomen los montes en el corazón de la mar;
Aunque bramen y espumen sus aguas, *
y tiemblen los montes a causa de su braveza.
El Señor de las huestes está con nosotros; *
nuestro refugio es el Dios de Jacob.
Hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios, *
el santuario de las moradas del Altísimo.
Dios está en medio de ella; no será conmovida; *
Dios la ayudará al clarear la mañana.
Braman las naciones, titubean los reinos; *
Dios habló; se derretirá la tierra.
El Señor de las huestes está con nosotros; *
nuestro refugio es el Dios de Jacob.
Vengan a ver las obras del Señor, *
las maravillas que ha hecho en la tierra.
Hace que las guerras cesen en todo el orbe; *
rompe el arco, destroza la lanza
y quema los escudos en el fuego.
"Estén, pues, quietos, y sepan que yo soy Dios; *
he de ser ensalzado entre las naciones,
ensalzado seré en la tierra".
El Señor de las huestes está con nosotros; *
nuestro refugio es el Dios de Jacob.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo:
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

San Lucas 5:1-11
En una ocasión, estando Jesús a orillas del Lago de Genesaret, se sentía apretujado por la multitud que quería oir el mensaje de Dios. Jesús vio dos barcas en la playa. Los pescadores habían bajado de ellas a lavar sus redes. Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que la alejara un poco de la orilla. Luego se sentó en la barca, y desde allí comenzó a enseñar a la gente. Cuando terminó de hablar, le dijo a Simón:
--Lleva la barca a la parte honda del lago, y echen allí sus redes, para pescar.
Simón le contestó:
--Maestro, hemos estado trabajando toda la noche sin pescar nada; pero, ya que tú lo mandas, voy a echar las redes.
Cuando lo hicieron, recogieron tanto pescado que las redes se rompían. Entonces hicieron señas a sus compañeros de la otra barca, para que fueran a ayudarlos. Ellos fueron, y llenaron tanto las dos barcas que les faltaba poco para hundirse. Al ver esto, Simón Pedro se puso de rodillas delante de Jesús y le dijo:
--¡Apártate de mí, Señor, porque soy un pecador!
Es que Simón y todos los demás estaban asustados por aquella gran pesca que habían hecho. También lo estaban Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús le dijo a Simón:
--No tengas miedo; desde ahora vas a pescar hombres.
Entonces llevaron las barcas a tierra, lo dejaron todo y se fueron con Jesús.

Cántico de María Magnificat
San Lucas 1:46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, *
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, *
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí;
su Nombre es santo.
Su misericordia llega a sus fieles, *
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo; *
dispersa a los soberbios de corazón.
Derriba del trono a los poderosos, *
y enaltece a los humildes.
A los hambrientos los colma de bienes, *
y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, *
acordándose de la misericordia,
Como lo había prometido a nuestros padres, *
en favor de Abrahán y su descendencia para siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.

Plegarias

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

Que esta noche sea santa, buena y pacífica,
Te rogamos, Señor.
Que tus santos ángeles nos conduzcan por los senderos de paz y de benevolencia,
Te rogamos, Señor.
Que nos perdones y absuelvas de nuestros pecados y ofensas,
Te rogamos, Señor.
Que haya paz para tu Iglesia y para todo el mundo,
Te rogamos, Señor.
Que partamos de esta vida en tu fe y temor, y no seamos condenados ante el gran tribunal de Cristo.
Te rogamos, Señor.
Que tu Espíritu Santo nos una en la comunión de todos tus santos, encomendándonos los unos a los otros y toda nuestra vida a Cristo,
Te rogamos, Señor.

Señor Dios, cuyo Hijo nuestro Salvador Jesucristo triunfó sobre los poderes de la muerte, y nos preparó un lugar en la nueva Jerusalén: Concede que nosotros, los que hoy te hemos dado gracias por su resurrección, te alabemos en esa Ciudad en donde él es la luz, y donde vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Dios, que manifiestas tu infinito poder especialmente mostrando piedad y misericordia: Derrama sobre nosotros la plenitud de tu gracia; a fin de que, esforzándonos para obtener tus promesas, seamos partícipes de tus tesoros celestiales; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Dios, tú eres la vida de los que viven, la luz de los fieles, la fortaleza de los que trabajan, y el descanso de los muertos: Te damos gracias por las bendiciones del día que termina, y humildemente te suplicamos nos des tu protección durante la noche que comienza. Llévanos en seguridad hasta las horas del alba; por aquél que murió y resucitó por nosotros, tu Hijo nuestro Salvador Jesucristo. Amén.

Quédate con nosotros, Señor Jesús, ahora que la noche se acerca y ha pasado el día. Sé nuestro compañero en el camino, enciende nuestros corazones, y despierta la esperanza, para que te conozcamos tal como te revelas en las Escrituras y en la fracción del pan. Concede esto por amor de tu Nombre. Amén.

Vela, oh amantísimo Señor, con los que trabajan, o velan, o lloran esta noche. A tus ángeles manda que guarden a los que duermen. Cuida a los enfermos, Cristo Señor; otorga reposo a los cansados, bendice a los moribundos, consuela a los que sufren, compadécete de los afligidos, escuda a los gozosos. Todo esto te pedimos por tu gran amor. Amén.

Puede seguir intercesiones y acciones de gracias.

Acción de Gracias en General
Dios omnipotente, Padre de toda misericordia, nosotros, indignos siervos tuyos, humildemente te damos gracias por todo tu amor y benignidad a nosotros y a todos los seres humanos. Te bendecimos por nuestra creación, preservación y todas las bendiciones de esta vida; pero sobre todo por tu amor inmensurable en la redención del mundo por nuestro Señor Jesucristo; por los medios de gracia, y la esperanza de gloria. Y te suplicamos nos hagas conscientes de tus bondades de tal manera que, con un corazón verdaderamente agradecido, proclamemos tus alabanzas, no sólo con nuestros labios, sino también con nuestras vidas, entregándonos a tu servicio y caminando en tu presencia, en santidad y justicia, todos los días de nuestra vida; por Jesucristo nuestro Señor, a quien, contigo y el Espíritu Santo, sea todo honor y gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Gloria a Dios, cuyo poder, actuando en nosotros, puede realizar todas las cosas infinitamente mejor de lo que podemos pedir o pensar: Gloria a él en la Iglesia de generación en generación, y en Cristo Jesús por los siglos de los siglos. Amén. Efesios 3:20, 21

Oficio de Completas

El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y un perfecto fin. Amén.

Nuestro auxilio está en el Nombre del Señor;
Que hizo el cielo y la tierra.

Confesión
Dios todopoderoso, nuestro Padre celestial:
Hemos pecado contra ti,
por nuestra propia culpa,
por pensamiento, palabra y obra,
y por lo que hemos dejado de hacer.
Por amor de tu Hijo nuestro Señor Jesucristo,
perdona nuestras ofensas
y concédenos que te sirvamos
en novedad de vida,
para gloria de tu Nombre. Amén

Que el Dios todopoderoso nos conceda el perdón de todos nuestros pecados, y la gracia y fortaleza del Espíritu Santo. Amén.

Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Salmo 31 In te, Domine, speravi
En ti, oh Señor, he esperado; *
no sea yo avergonzado jamás;
líbrame en tu justicia.
Inclina a mí tu oído; *
apresúrate a librarme.
Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme;
porque tú eres mi risco y mi castillo; *
por tu Nombre me guiarás y me encaminarás.
Me sacarás de la red que han escondido para mí, *
pues tú eres mi refugio.
En tu mano encomiendo mi espíritu; *
tú me has redimido, oh Señor, Dios de verdad.

Salmo 134 Ecce nunc
Y ahora bendigan al Señor, siervos todos del Señor, *
los que de noche están de pie en la casa del Señor.
Eleven las manos hacia el santuario, y bendigan al Señor. *
El Señor que hizo los cielos y la tierra, te bendiga desde Sión.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Vengan a mí todos los que están trabajados y cargados, y yo los haré descansar. Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallarán descanso para sus almas; porque mi yugo es fácil y ligera mi carga. San Mateo 11:28-30
Demos gracias a Dios.

Puede cantarse un himno adecuado para la noche.

En tus manos, oh Señor, encomiendo mi espíritu;
Tú me has redimido, oh Señor, Dios de verdad.
Guárdanos, oh Señor, como a la niña de tus ojos;
Escóndenos bajo la sombra de tus alas.

Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.

Señor, escucha nuestra oración.
Y llegue a ti nuestro clamor.

Visita, oh Señor, este lugar, y ahuyenta de él todas las asechanzas del enemigo; que tus santos ángeles moren con nosotros para preservarnos en paz; y que tu bendición sea siempre sobre nosotros; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oh Dios, tu providencia inagotable sustenta al mundo en que vivimos y aun nuestra propia vida: Vela, de día y de noche, por los que trabajan mientras otros duermen, y concede que jamás olvidemos que nuestra vida común depende de nuestras faenas mutuas; por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.

Puede observarse una pausa, durante la cual se puede ofrecer intercesiones y acciones de gracias espontáneas.

Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo, y dormidos descansemos en paz.

Ahora despides, Señor, a tu siervo, *
conforme a tu palabra, en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador, *
a quien has presentado ante todos los pueblos:
Luz para alumbrar a las naciones, *
y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo, y dormidos descansemos en paz.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Que el Señor omnipotente y misericordioso: Padre, Hijo y Espíritu Santo, nos bendiga y nos guarde. Amén.