6.11.10

Sábado, Propio 26

Estudiantes de Instituto Episcopal San Cristóbal, Panamá



Sábado, Propio 26

Oración Matutina Diaria

Envía tu luz y tu verdad; que éstas me guíen, y me conduzcan a tu santo monte, a tus moradas. Salmo 43:3

Invitatorio y Salterio

Señor, abre nuestros labios.
Y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Venite Salmo 95:1-7
Vengan, cantemos alegremente al Señor; *
aclamemos con júbilo a la Roca que nos salva.
Lleguemos ante su presencia con alabanza, *
vitoreándole con cánticos;
Porque el Señor es Dios grande, *
y Rey grande sobre todos los dioses.
En su mano están las profundidades de la tierra, *
y las alturas de los montes son suyas.
Suyo el mar, pues él lo hizo, *
y sus manos formaron la tierra seca.
Vengan, adoremos y postrémonos; *
arrodillémonos delante del Señor nuestro Hacedor;
Porque él es nuestro Dios;
nosotros el pueblo de su dehesa, y ovejas de su mano. *
¡Ojalá escuchen hoy su voz!

Salmo 75
Gracias te damos, oh Dios, gracias te damos, *
invocando tu Nombre, y contando todas tus maravillas.
Dice Dios: "Señalaré un tiempo; *
juzgaré rectamente.
Aunque tiemble la tierra y todos sus habitantes, *
yo afianzaré sus columnas.
Diré a los jactanciosos: 'No se jacten más', *
y a los malvados: 'No alcen el testuz;
No alcen el testuz contra los cielos, *
ni levanten la cerviz' ";
ni del desierto ni de los montes.
Es Dios el que juzga; *
a éste humilla, y a aquél enaltece;
Porque en la mano del Señor hay un cáliz, lleno de vino espumante que él derrama; *
y todos los malvados de la tierra lo beberán hasta las heces.
Pero me regocijaré para siempre; *
cantaré alabanzas al Dios de Jacob.
Quebrantará todo el poder de los malvados, *
pero el poder del justo será exaltado.

Salmo 76
Dios es conocido en Judá; *
en Israel es grande su Nombre.
En Salem está su tabernáculo, *
y su morada en Sión.
Allí quebró las saetas centellantes, *
el escudo, la espada y las armas de guerra.
¡Cuán glorioso eres tú, *
más espléndido que los montes eternos!
Los fuertes de corazón son despojados, duermen su sueño; *
a los guerreros no les responden sus brazos.
A tu reprensión, oh Dios de Jacob, *
el carro y los caballos fueron aturdidos.
¡Cuán temible eres tú! *
¿Quién puede estar de pie ante ti, cuando se encienda tu ira?
Desde los cielos proclamaste la sentencia; *
la tierra temió, y quedó inmóvil;
Cuando Dios se levantó para juzgar, *
y para salvar a todos los mansos de la tierra.
Ciertamente, Edom el colérico te alabará, *
y el remanente de Hamat celebrará tus fiestas.
Hagan votos al Señor su Dios, y páguenlos; *
que cuantos estén alrededor de él, traigan dones al Temible.
El quebranta el espíritu de los príncipes, *
e inspira temor a los reyes de la tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Las Lecciones

Eclesiástico 51:1-12
Yo te alabo, oh Dios, mi salvador,
te doy gracias, Dios y Padre mío.
Voy a proclamar tu nombre, refugio de mi vida,
porque me salvaste de la muerte,
porque libraste mi cuerpo de la tumba,
porque no dejaste que cayera en el reino de la muerte.
Me salvaste de las malas lenguas,
de las calumnias de los mentirosos.
Por tu gran amor me ayudaste,
te pusiste a mi lado contra mis enemigos,
contra los que querían quitarme la vida.
Me salvaste de grandes aflicciones,
de angustias que me cercaban como fuego,
de una hoguera que no podía apagarse,
del fondo del abismo,
de labios pérfidos y llenos de mentira,
de las flechas de lenguas traicioneras.
Ya estaba yo cerca de la muerte,
y mi vida casi en lo más hondo del abismo;
miré alrededor, y no había quien me ayudara,
busqué un apoyo, pero no lo había.
Entonces me acordé de la misericordia del Señor
y de su amor, que es eterno.
El Señor salva a quienes a él se acogen,
y los libra de todo mal.
Alcé la voz desde la tierra,
grité desde las puertas del sepulcro,
y oré: "Señor, tú eres mi padre,
tú tienes poder para salvarme;
no me abandones en el momento del peligro,
en la hora del terror y la desolación.
Te alabaré continuamente
y te invocaré en mis oraciones."
Entonces el Señor oyó mi voz,
escuchó mi súplica
y me libró de todo mal;
me salvó en el momento del peligro.
Por eso le doy gracias,
y alabo y bendigo el nombre del Señor.
Den gracias al Señor, porque él es bueno,
porque su amor es eterno.
Den gracias al Dios de la alabanza,
porque su amor es eterno.
Den gracias al protector de Israel,
porque su amor es eterno.
Den gracias al Creador del universo,
porque su amor es eterno.
Den gracias al redentor de Israel,
porque su amor es eterno.
Den gracias al que reúne a los israelitas dispersos,
porque su amor es eterno.
Den gracias al que reconstruye la ciudad y el templo,
porque su amor es eterno.
Den gracias al que hace renacer el poder de la dinastía de David,
porque su amor es eterno.
Den gracias al que escogió como sacerdotes a los descendientes de Sadoc,
porque su amor es eterno.
Den gracias al protector de Abraham,
porque su amor es eterno.
Den gracias al refugio de Isaac,
porque su amor es eterno.
Den gracias al Dios poderoso de Jacob,
porque su amor es eterno.
Den gracias al que eligió a Sión,
porque su amor es eterno.
Den gracias al Rey de todos los reyes,
porque su amor es eterno.
¡Él ha dado poder a su pueblo!
Alabanza de todos sus fieles,
de los israelitas, su pueblo cercano.
¡Alabado sea el Señor!

Cántico de la Creación Benedicite, omnia opera Domini
Daniel (dc) 3:57-87

Invocación
Bendigan al Señor, obras todas del Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.
En la bóveda celeste, bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

I El Orden Cósmico
Bendigan al Señor, ángeles y potestades del Señor, *
cielos y aguas que están sobre los cielos.
Sol y luna, y estrellas del cielo, bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

Bendigan al Señor, lluvias todas y rocío, *
vientos todos, fuego y calor.
Inviernos y veranos, bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

Bendigan al Señor, fríos y heladas, *
gotas de rocío y copos de nieve.
Escarchas y fríos, hielos y celliscas, bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

Bendigan al Señor, noches y días, *
luz radiante y oscuridad acogedora.
Rayos y nubes, bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

II La Tierra y sus Criaturas
Bendiga la tierra al Señor, *
alábele y exáltele sobre todo para siempre.
Montes y colinas y cuanto germina en la tierra,
bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

Bendigan al Señor, manantiales y fuentes, mares y ríos, *
cetáceos y cuanto se mueve en las aguas.
Aves del cielo, bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

Bendigan al Señor, bestias silvestres, *
y todos los rebaños y ganados.
Hombres y mujeres de todos los lugares, bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

III El Pueblo de Dios
Bendiga al Señor el pueblo de Dios, *
alábele y exáltele sobre todo para siempre.
Sacerdotes y siervos del Señor, bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

Bendigan al Señor, espíritus y almas de los justos, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.
Santos y humildes de corazón, bendigan al Señor, *
alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

Doxología
Bendigamos al Señor: Padre, Hijo y Espíritu Santo, *
alabémosle y exaltémosle sobre todo para siempre.
En la bóveda celeste, bendito sea el Señor, *
alabado y exaltado sobre todo para siempre.



Apocalipsis 18:1-14
Después de esto, vi otro ángel que bajaba del cielo; tenía mucha autoridad, y la tierra quedó iluminada con su resplandor. Con fuerte voz gritaba: "¡Ya cayó, ya cayó la gran Babilonia! ¡Se ha vuelto vivienda de demonios, guarida de toda clase de espíritus impuros, nido de toda clase de aves impuras y de fieras impuras y odiosas! Pues todas las naciones se emborracharon con el vino de su prostitución; los reyes del mundo se prostituyeron con ella, y los comerciantes del mundo se hicieron ricos con su exagerado derroche." Oí otra voz del cielo, que decía: "Salgan de esa ciudad, ustedes que son mi pueblo, para que no participen en sus pecados ni los alcancen sus calamidades; pues sus pecados se han amontonado hasta el cielo, y Dios ha tenido presentes sus maldades. Denle lo mismo que ella ha dado a otros; páguenle el doble de lo que ha hecho; mézclenle una bebida dos veces más fuerte que la que ella mezcló para otros; denle tormento y sufrimiento en la medida en que se entregó al orgullo y al derroche. Pues dice en su corazón: 'Aquí estoy sentada como una reina. No soy viuda, ni sufriré.' Por eso, en un solo día le vendrán sus calamidades: muerte, aflicción y hambre, y será quemada en el fuego; porque poderoso es Dios, el Señor, que la ha condenado." Los reyes del mundo que se prostituyeron con ella y se entregaron al derroche, llorarán y harán lamentación por ella cuando vean el humo de su incendio. Se quedarán lejos por miedo a su castigo, y dirán: "¡Ay, ay de ti, la gran ciudad, Babilonia, la ciudad poderosa! Porque en un instante llegó tu castigo." Los comerciantes del mundo también llorarán y harán lamentación por esa ciudad, porque ya no habrá quien les compre sus cargamentos: cargamentos de oro, plata, piedras preciosas, perlas, telas de lino fino y de seda, de color púrpura y rojo; toda clase de maderas aromáticas; objetos de marfil, de maderas preciosas, de bronce, de hierro y de mármol; cargamentos de canela y especias aromáticas; incienso, perfumes y resinas; vino, aceite, harina fina y trigo; animales de carga, ovejas, caballos, carros y hasta esclavos, que son vidas humanas. Y dirán a la ciudad: "¡Ya no tienes las ricas frutas que tanto te gustaban; para siempre has perdido todos tus lujos y riquezas!"

Cántico de los Redimidos Magna et mirabilia
Apocalipsis 15:3-4

Grandes y asombrosas son tus obras, *
Señor Dios, Rey del universo;
Justos y fidedignos tus caminos, *
oh Rey de los siglos.
¿Quién no te acatará y bendecirá tu Nombre? *
Tú sólo eres el Santo.
Todas las naciones vendrán y se postrarán ante ti, *
Pues tus hechos justos se hicieron manifiestos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.

Plegarias

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

A
Señor, muéstranos tu misericordia;
Y concédenos tu salvación.
Reviste a tus ministros de justicia;
Que cante tu pueblo de júbilo.
Establece, Señor, la paz en todo el mundo;
Porque sólo en ti vivimos seguros.
Protege, Señor, a esta nación;
Y guíanos por la senda de justicia y de verdad.
Que se conozcan en la tierra tus caminos;
Y entre los pueblos tu salvación.
Señor, que no se olvide a los necesitados;
Ni se arranque la esperanza a los pobres.
Señor, crea en nosotros un corazón limpio;
Y susténtanos con tu Santo Espíritu.

Dios de poder y piedad, sólo de ti mana el don que hace posible que tu pueblo fiel te sirva sincera y laudablemente: Concédenos que, para lograr el premio de tus promesas celestiales, podamos correr sin tropiezos; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Dios todopoderoso, que después de la creación del mundo descansaste de todos tus trabajos, y santificaste un día de reposo para todas tus criaturas: Concede que nosotros, apartando toda ansiedad terrenal, nos dispongamos debidamente para el servicio de tu santuario, y que nuestro descanso aquí en la tierra sea una preparación para el reposo eterno en el cielo, que has prometido a tu pueblo; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oh Dios, autor de la paz y amante de la concordia, conocerte es vida eterna, y servirte, plena libertad: Defiende a estos tus humildes siervos de todos los asaltos de nuestros enemigos; para que, confiados en tu protección, no temamos la fuerza de ningún adversario; por el poder de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Señor Jesucristo, tú extendiste tus brazos amorosos sobre el cruel madero de la cruz, para estrechar a todos los seres humanos en tu abrazo salvador: Revístenos con tu Espíritu de tal manera que, extendiendo nuestras manos en amor, llevemos a quienes no te conocen a reconocerte y amarte; por el honor de tu Nombre. Amén.
Puede seguir intercesiones y acciones de gracias

Oración de San Juan Crisóstomo
Dios todopoderoso, que nos diste la gracia para unirnos en este momento, a fin de ofrecerte nuestras súplicas en común; y que, por tu muy amado Hijo, nos prometiste que, cuando dos o tres se congregan en su Nombre, tú estarás en medio de ellos: Realiza ahora, Señor, nuestros deseos y peticiones como mejor nos convenga; y concédenos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero, la vida eterna. Amén.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén. 2 Corintios 13:14


Oficio para el Mediodía

Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Salmo 126 In convertendo
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, *
éramos como los que sueñan.
Entonces nuestra boca se llenó de risa, *
y nuestra lengua de gritos de alegría.
Y decían entre las naciones: *
"Ha hecho el Señor proezas con ellos".
Proezas ha hecho el Señor con nosotros, *
y estamos sumamente alegres.
Tú, oh Señor, has cambiado nuestra suerte, *
como los torrentes del Neguev.
Los que sembraron con lágrimas, *
con gritos de alegría segarán.
Los que van llorando, llevando la semilla, *
volverán entre cantares, trayendo sus gavillas.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi Nombre entre las naciones, y en todo lugar se ofrece a mi Nombre incienso y ofrenda limpia, porque grande es mi Nombre entre las naciones, dice el Señor de los ejércitos. Malaquías 1:11
Demos gracias a Dios.

Demos gracias a Dios.
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.

Señor, escucha nuestra oración;
Y llegue a ti nuestro clamor.

Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles, "La paz les dejo, mi paz les doy": No mires nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia; y concédenos la paz y la unidad de esa Ciudad celestial; donde con el Padre y el Espíritu Santo tú vives y reinas ahora y por siempre. Amén.

Se puede ofrecer intercesiones libres.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.


Oración Vespertina Diaria

Tuyo es el día, tuya también la noche; tú estableciste la luna y el sol. Tú fijaste todos los linderos de la tierra; el verano y el invierno tú los formaste. Salmo 74:15, 16

Confesión de Pecado
Dios de misericordia, confesamos que hemos pecado contra ti por pensamiento, palabra y obra, por lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer. No te hemos amado con todo el corazón; no hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Sincera y humildemente nos arrepentimos. Por amor de tu Hijo Jesucristo, ten piedad de nosotros y perdónanos; así tu voluntad será nuestra alegría y andaremos por tus caminos, para gloria de tu Nombre. Amén.

Dios omnipotente tenga misericordia de nosotros, perdone todos nuestros pecados por Jesucristo nuestro Señor, nos fortalezca en toda bondad y por el poder del Espíritu Santo, nos conserve en la vida eterna. Amén.

Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Luz Alegrante Phos hilaron
Luz alegrante,
claridad pura del sempiterno Padre celestial,
Jesucristo, santo y bendito:

Ahora que hemos llegado al ocaso del sol,
y nuestros ojos miran la luz vespertina,
te alabamos con himnos, oh Dios: Padre,
Hijo y Espíritu Santo.

Digno eres de ser alabado en todos los tiempos
con voces gozosas,
oh Hijo de Dios, Dador de la vida;
por tanto te glorifica el universo entero.

Salmo 23
El Señor es mi pastor; *
nada me faltará.
En verdes pastos me hace yacer; *
me conduce hacia aguas tranquilas.
Aviva mi alma *
y me guía por sendas seguras por amor de su Nombre.
Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno; *
porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento.
Aderezarás mesa delante de mi en presencia de mis angustiadores; *
unges mi cabeza con óleo; mi copa está rebosando.
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, *
y en la casa del Señor moraré por largos días.

Salmo 27
El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? *
El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?
Cuando se juntaron contra mí los malignos para comer mis carnes, *
ellos mismos, mis adversarios y mis enemigos, tropezaron y cayeron.
Aunque un ejército acampe contra mí, *
no temerá mi corazón;
Y aunque contra mí se levante guerra, *
yo estaré confiado.
Una cosa he demandado del Señor; ésta buscaré: *
que esté yo en la casa del Señor, todos los días de mi vida;
Para contemplar la hermosura del Señor, *
y despertarme cada día en su templo;
Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; *
me ocultará en lo reservado de su morada, y sobre una roca me pondrá en alto.
Aún ahora él levanta mi cabeza *
sobre mis enemigos en derredor de mí.
Por tanto ofreceré en su morada sacrificios de júbilo; *
cantaré y tañeré al Señor.
Escucha, oh Señor, mi voz cuando a ti clamo; *
ten misericordia de mí y respóndeme.
Tú hablas en mi corazón y dices: "Busca mi rostro". *
Tu rostro buscaré, oh Señor.
No escondas tu rostro de mí; *
no apartes con ira a tu siervo.
Mi ayuda has sido; no me deseches; *
no me desampares, oh Dios de mi salvación.
Aunque mi padre y mi madre me desamparen, *
aun con todo el Señor me recogerá.
Enséñame, oh Señor, tu camino; *
guíame por senda llana a causa de mis enemigos.
No me entregues al rencor de mis adversarios,
porque se han levantado contra mí testigos falsos; *
y también los que respiran maldad.
Hubiera yo desmayado si no creyese que tengo de ver la bondad del Señor *
en la tierra de los vivientes.
Aguarda al Señor; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; *
sí, aguarda al Señor.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo:
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

San Lucas 14:1-11
Sucedió que un sábado Jesús fue a comer a casa de un jefe fariseo, y otros fariseos lo estaban espiando. También estaba allí, delante de él, un hombre enfermo de hidropesía. Jesús les preguntó a los maestros de la ley y a los fariseos: “¿Se permite sanar en sábado a un enfermo, o no?” Pero ellos se quedaron callados. Entonces él tomó al enfermo, lo sanó y le dijo que se fuera. Y a los fariseos les dijo: “¿Quién de ustedes, si su hijo o su buey se cae a un pozo, no lo saca en seguida, aunque sea sábado?” Y no pudieron contestarle nada. Al ver Jesús cómo los invitados escogían los asientos de honor en la mesa, les dio este consejo: “Cuando alguien te invite a un banquete de bodas, no te sientes en el lugar principal, pues puede llegar otro invitado más importante que tú; y el que los invitó a los dos puede venir a decirte: 'Dale tu lugar a este otro.' Entonces tendrás que ir con vergüenza a ocupar el último asiento. Al contrario, cuando te inviten, siéntate en el último lugar, para que cuando venga el que te invitó, te diga: 'Amigo, pásate a un lugar de más honor.' Así recibirás honores delante de los que están sentados contigo a la mesa. Porque el que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido.”

Cántico de Simeón Nunc dimittis
San Lucas 2:29-32

Ahora despides, Señor, a tu siervo, *
conforme a tu palabra, en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador, *
a quien has presentado ante todos los pueblos:
Luz para alumbrar a las naciones, *
y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.


Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.

Plegarias

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

Que esta noche sea santa, buena y pacífica,
Te rogamos, Señor.
Que tus santos ángeles nos conduzcan por los senderos de paz y de benevolencia,
Te rogamos, Señor.
Que nos perdones y absuelvas de nuestros pecados y ofensas,
Te rogamos, Señor.
Que haya paz para tu Iglesia y para todo el mundo,
Te rogamos, Señor.
Que partamos de esta vida en tu fe y temor, y no seamos condenados ante el gran tribunal de Cristo.
Te rogamos, Señor.
Que tu Espíritu Santo nos una en la comunión de todos tus santos, encomendándonos los unos a los otros y toda nuestra vida a Cristo,
Te rogamos, Señor.

Oh Dios, fuente de luz eterna: Derrama tu día interminable sobre los que aguardamos tu venida, para que nuestros labios te alaben, nuestras vidas te bendigan y nuestra adoración en la mañana te dé gloria; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Dios de poder y piedad, sólo de ti mana el don que hace posible que tu pueblo fiel te sirva sincera y laudablemente: Concédenos que, para lograr el premio de tus promesas celestiales, podamos correr sin tropiezos; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Oh Dios, tú eres la vida de los que viven, la luz de los fieles, la fortaleza de los que trabajan, y el descanso de los muertos: Te damos gracias por las bendiciones del día que termina, y humildemente te suplicamos nos des tu protección durante la noche que comienza. Llévanos en seguridad hasta las horas del alba; por aquél que murió y resucitó por nosotros, tu Hijo nuestro Salvador Jesucristo. Amén.

Quédate con nosotros, Señor Jesús, ahora que la noche se acerca y ha pasado el día. Sé nuestro compañero en el camino, enciende nuestros corazones, y despierta la esperanza, para que te conozcamos tal como te revelas en las Escrituras y en la fracción del pan. Concede esto por amor de tu Nombre. Amén.

Vela, oh amantísimo Señor, con los que trabajan, o velan, o lloran esta noche. A tus ángeles manda que guarden a los que duermen. Cuida a los enfermos, Cristo Señor; otorga reposo a los cansados, bendice a los moribundos, consuela a los que sufren, compadécete de los afligidos, escuda a los gozosos. Todo esto te pedimos por tu gran amor. Amén.

Puede seguir intercesiones y acciones de gracias.

Acción de Gracias en General
Dios omnipotente, Padre de toda misericordia, nosotros, indignos siervos tuyos, humildemente te damos gracias por todo tu amor y benignidad a nosotros y a todos los seres humanos. Te bendecimos por nuestra creación, preservación y todas las bendiciones de esta vida; pero sobre todo por tu amor inmensurable en la redención del mundo por nuestro Señor Jesucristo; por los medios de gracia, y la esperanza de gloria. Y te suplicamos nos hagas conscientes de tus bondades de tal manera que, con un corazón verdaderamente agradecido, proclamemos tus alabanzas, no sólo con nuestros labios, sino también con nuestras vidas, entregándonos a tu servicio y caminando en tu presencia, en santidad y justicia, todos los días de nuestra vida; por Jesucristo nuestro Señor, a quien, contigo y el Espíritu Santo, sea todo honor y gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Gloria a Dios, cuyo poder, actuando en nosotros, puede realizar todas las cosas infinitamente mejor de lo que podemos pedir o pensar: Gloria a él en la Iglesia de generación en generación, y en Cristo Jesús por los siglos de los siglos. Amén. Efesios 3:20, 21

Oficio de Completas

El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y un perfecto fin. Amén.

Nuestro auxilio está en el Nombre del Señor;
Que hizo el cielo y la tierra.

Confesión
Dios todopoderoso, nuestro Padre celestial:
Hemos pecado contra ti,
por nuestra propia culpa,
por pensamiento, palabra y obra,
y por lo que hemos dejado de hacer.
Por amor de tu Hijo nuestro Señor Jesucristo,
perdona nuestras ofensas
y concédenos que te sirvamos
en novedad de vida,
para gloria de tu Nombre. Amén

Que el Dios todopoderoso nos conceda el perdón de todos nuestros pecados, y la gracia y fortaleza del Espíritu Santo. Amén.

Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Salmo 4 Cum invocarem
Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia; *
cuando estaba en angustia, tú me libraste;
ten misericordia de mí, y escucha mi oración.
"Mortales, ¿hasta cuándo volverán mi honra en infamia, *
amarán la vanidad, y buscarán la mentira?"
Sepan, pues, que el Señor ha escogido a los fieles para sí; *
el Señor oirá cuando yo a él clamare.
Tiemblen y no pequen; *
mediten en su corazón estando en su cama, y callen.
Ofrezcan sacrificios rectos, *
y confíen en el Señor.
Muchos son los que dicen: "¿Quién nos mostrará el bien?" *
Alza sobre nosotros, oh Señor, la luz de tu rostro.
Tú diste alegría a mi corazón, *
mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto.
En paz me acostaré, y en seguida dormiré; *
porque sólo tú, oh Señor, me haces vivir seguro.

Salmo 134 Ecce nunc
Y ahora bendigan al Señor, siervos todos del Señor, *
los que de noche están de pie en la casa del Señor.
Eleven las manos hacia el santuario, y bendigan al Señor. *
El Señor que hizo los cielos y la tierra, te bendiga desde Sión.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Vengan a mí todos los que están trabajados y cargados, y yo los haré descansar. Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallarán descanso para sus almas; porque mi yugo es fácil y ligera mi carga. San Mateo 11:28-30
Demos gracias a Dios.

Puede cantarse un himno adecuado para la noche.

En tus manos, oh Señor, encomiendo mi espíritu;
Tú me has redimido, oh Señor, Dios de verdad.
Guárdanos, oh Señor, como a la niña de tus ojos;
Escóndenos bajo la sombra de tus alas.

Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.

Señor, escucha nuestra oración.
Y llegue a ti nuestro clamor.

Visita, oh Señor, este lugar, y ahuyenta de él todas las asechanzas del enemigo; que tus santos ángeles moren con nosotros para preservarnos en paz; y que tu bendición sea siempre sobre nosotros; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oh Dios, tu providencia inagotable sustenta al mundo en que vivimos y aun nuestra propia vida: Vela, :le día y de noche, por los que trabajan mientras otros duermen, y concede que jamás olvidemos que nuestra vida común depende de nuestras faenas mutuas; por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.

Puede observarse una pausa, durante la cual se puede ofrecer intercesiones y acciones de gracias espontáneas.

Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo, y dormidos descansemos en paz.

Ahora despides, Señor, a tu siervo, *
conforme a tu palabra, en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador, *
a quien has presentado ante todos los pueblos:
Luz para alumbrar a las naciones, *
y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo, y dormidos descansemos en paz.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Que el Señor omnipotente y misericordioso: Padre, Hijo y Espíritu Santo, nos bendiga y nos guarde. Amén.

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