Oración Matutina Diaria
Preparen camino al Señor; enderezen calzada en la soledad a nuestro Dios. Isaías 40:3
Invitatorio y Salterio
Señor, abre nuestros labios.
Y nuestra boca proclamará tu alabanza.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!
Venite Salmo 95:1-7
Vengan, cantemos alegremente al Señor; *
aclamemos con júbilo a la Roca que nos salva.
Lleguemos ante su presencia con alabanza, *
vitoreándole con cánticos;
Porque el Señor es Dios grande, *
y Rey grande sobre todos los dioses.
En su mano están las profundidades de la tierra, *
y las alturas de los montes son suyas.
Suyo el mar, pues él lo hizo, *
y sus manos formaron la tierra seca.
Vengan, adoremos y postrémonos; *
arrodillémonos delante del Señor nuestro Hacedor;
Porque él es nuestro Dios;
nosotros el pueblo de su dehesa, y ovejas de su mano. *
¡Ojalá escuchen hoy su voz!
Nuestro Rey y Salvador se acerca: vengan y adorémosle.
Salmo 5
Escucha, oh Señor, mis palabras; *
considera mi gemir.
Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, *
porque a ti suplico.
Oh Señor, de mañana oirás mi voz; *
de mañana me presentaré delante de ti, y esperaré;
Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; *
el malo no habitará junto a ti.
No estarán los jactanciosos delante de tus ojos; *
aborreces a todos los que obran iniquidad.
Destruirás a los que hablan mentira; *
al hombre sanguinario y engañador, tú abominas, oh Señor.
Mas yo, por la abundancia de tu misericordia, entraré en tu casa; *
adoraré hacia el santo templo en tu temor.
Guíame, oh Señor, en tu justicia, a causa de mis enemigos; *
endereza delante de mí tu camino;
Porque en la boca de ellos no hay sinceridad; *
sus entrañas son maldad;
Sepulcro abierto es su garganta; *
con su lengua hablan lisonjas.
Castígalos, oh Dios; *
caigan por sus mismos consejos.
Por la multitud de sus transgresiones échalos fuera, *
porque se rebelaron contra ti.
Pero alégrense todos los que en ti confían; *
den voces de júbilo para siempre;
Porque tú los defiendes; *
en ti se regocijen los que aman tu Nombre;
Porque tú, oh Señor, bendecirás al justo; *
como con un escudo lo rodearás de tu favor.
Salmo 6
Oh Señor, no me reprendas en tu enojo, *
ni me castigues con tu ira.
Ten misericordia de mí, oh Señor, porque estoy debilitado; *
sáname, oh Señor, porque mis huesos se estremecen.
Mi alma también está muy turbada; *
y tú, oh Señor, ¿hasta cuándo?
Vuélvete, oh Señor, libra mi vida; *
sálvame por tu misericordia;
Porque en la muerte no hay memoria de ti; *
en el sepulcro, ¿quién te alabará?
Me he consumido a fuerza de gemir; *
todas las noches inundo de llanto mi lecho,
riego mi cama con mis lágrimas.
Mis ojos están gastados de sufrir; *
se han envejecido a causa de todos mis angustiadores.
Apártense de mí, todos los hacedores de iniquidad; *
porque el Señor ha oído la voz de mi llanto.
El Señor ha oído mi ruego; *
ha recibido el Señor mi oración.
Se avergonzarán y se turbarán todos mis enemigos; *
se volverán y serán avergonzados de repente.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Las Lecciones
Isaías 1:21-31
¿Cómo es posible, se ha prostituido
Sión, la ciudad fiel,
el reino de la justicia
en que moraba la rectitud
que te conformabas a mis leyes?,
pero ahora sólo es un barrio de asesinos.
Tu plata se ha convertido en basura,
tu vino está mezclado con agua.
Tus jefes son unos rebeldes,
cómplices de ladrones.
Todos esperan recompensa
y van detrás de los regalos.
No hacen justicia al huérfano
ni atienden la causa de la viuda.
Por eso, dice el Señor Yavé Sabaot, el Fuerte de Israel:
«Me desquitaré con mis adversarios
me vengaré de mis enemigos.
Volveré mi mano contra ti
y quemaré tus impurezas con la cal,
hasta quitarte todo lo sucio que tengas.
Haré a tus gobernantes como eran antes,
y a tus consejeros como en otros tiempos.
Entonces te llamarán
Ciudad Fiel, Lugar de la Justicia.
Sión será librada, pero no sin un Juicio,
y son los justos los que se salvarán;
rebeldes y pecadores serán destrozados
y aquellos que se alejen de Yavé, perecerán.
Ustedes se avergonzarán
de los árboles sagrados que tanto les gustan,
y se pondrán colorados
al ver los jardines que tanto les encantan.
Pues ustedes serán como una encina a la que se le caen las hojas,
y como un jardín al que le falta agua.
El hombre importante quedará como un trapo
y su trabajo como una chispa;
se quemarán los dos juntos,
y no habrá nadie para apagar el fuego.
Cántico de Alabanza Benedictus es, Domine
Daniel (dc) 3:26, 52-56
Bendito eres tú, Señor Dios de nuestros padres; *
digno de alabanza, eres bendito.
Bendito el fulgor de tu santo Nombre, *
alabado y exaltado sobre todo para siempre.
Bendito eres en el templo de tu santa gloria, *
en el trono de tu reino eres bendito.
Bendito eres, sentado sobre querubines, *
alabado y exaltado sobre todo para siempre.
Bendito tú, que sondeas los abismos; *
en la bóveda celeste eres bendito.
Bendito tú: Padre, Hijo y Espíritu Santo, *
alabado y exaltado sobre todo para siempre.
1 Tesalonicenses 2:1-12
Bien saben, hermanos, que esa visita nuestra no fue en vano. Acabábamos de ser muy maltratados e insultados en Filipos, pero nos atrevimos a anunciarles el mensaje de Dios, en medio de fuerte oposición, confiados en nuestro Dios. Les dijimos verdades; no teníamos propósitos sucios y no hubo engaño. No. Acreditados por Dios mismo, que nos ha confiado su evangelio, nuestra predicación procura agradar, no a los hombres, sino a Dios, que penetra los corazones. Nunca los halagamos con palabras bonitas, como ustedes saben; ni tampoco buscamos dinero, Dios es testigo. Tampoco buscamos que la gente nos rindiera honores, fueran ustedes u otros, a pesar de que, como apóstoles de Cristo, hubiéramos podido serles gravosos. Por el contrario nos hicimos pequeños entre ustedes, imitando a la madre que da calor a sus hijos. Y era tal nuestra preocupación por ustedes, que estábamos dispuestos a darles, no sólo el Evangelio, sino también nuestra propia vida, tan queridos habían llegado a ser para nosotros. Recuerden, hermanos, nuestros trabajos y fatigas. Mientras les predicábamos el Evangelio de Dios, trabajábamos noche y día para no ser una carga para ninguno. Ustedes son testigos, y Dios también, de que nuestra conducta con ustedes los creyentes fue irreprochable, buena y correcta. A cada uno lo seguimos como un padre a su hijo; 12 los animábamos y los urgíamos a que llevasen una vida digna del Dios que los ha llamado a su propio Reino y gloria.
Cántico al Cordero Dignus es
Apocalipsis 4:11; 5:9-10, 13
Digno es, Señor nuestro Dios, *
atribuirte la gloria, el honor y el poder;
Porque tú has creado el universo, *
y por tu voluntad existió y fue creado.
Y digno es atribuir lo mismo a ti, Cordero inmolado, *
porque con tu sangre compraste para Dios,
De toda raza, lengua, pueblo y nación, *
un reino de sacerdotes para servir a nuestro Dios.
Por tanto, al que está sentado en el trono, *
y a Cristo el Cordero,
Sean adoración y honor, gloria y señorío, *
por los siglos de los siglos. Amén.
Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.
Plegarias
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.
A
Señor, muéstranos tu misericordia;
Y concédenos tu salvación.
Reviste a tus ministros de justicia;
Que cante tu pueblo de júbilo.
Establece, Señor, la paz en todo el mundo;
Porque sólo en ti vivimos seguros.
Protege, Señor, a esta nación;
Y guíanos por la senda de justicia y de verdad.
Que se conozcan en la tierra tus caminos;
Y entre los pueblos tu salvación.
Señor, que no se olvide a los necesitados;
Ni se arranque la esperanza a los pobres.
Señor, crea en nosotros un corazón limpio;
Y susténtanos con tu Santo Espíritu.
Dios todopoderoso, danos gracia para despojarnos de las obras de las tinieblas y revestirnos con las armas de la luz, ahora en esta vida mortal, en la cual Jesucristo tu Hijo, con gran humildad, vino a visitarnos; a fin de que en el día postrero, cuando vuelva con majestad gloriosa a juzgar a vivos y muertos, resucitemos a la vida inmortal; mediante él, quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.
Oh Dios, autor de la paz y amante de la concordia, conocerte es vida eterna, y servirte, plena libertad: Defiende a estos tus humildes siervos de todos los asaltos de nuestros enemigos; para que, confiados en tu protección, no temamos la fuerza de ningún adversario; por el poder de Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Señor Jesucristo, tú extendiste tus brazos amorosos sobre el cruel madero de la cruz, para estrechar a todos los seres humanos en tu abrazo salvador: Revístenos con tu Espíritu de tal manera que, extendiendo nuestras manos en amor, llevemos a quienes no te conocen a reconocerte y amarte; por el honor de tu Nombre. Amén.
Puede seguir intercesiones y acciones de gracias
Oración de San Juan Crisóstomo
Dios todopoderoso, que nos diste la gracia para unirnos en este momento, a fin de ofrecerte nuestras súplicas en común; y que, por tu muy amado Hijo, nos prometiste que, cuando dos o tres se congregan en su Nombre, tú estarás en medio de ellos: Realiza ahora, Señor, nuestros deseos y peticiones como mejor nos convenga; y concédenos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero, la vida eterna. Amén.
Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén. 2 Corintios 13:14
Oficio para el Mediodía
Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!
Salmo 126 In convertendo
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, *
éramos como los que sueñan.
Entonces nuestra boca se llenó de risa, *
y nuestra lengua de gritos de alegría.
Y decían entre las naciones: *
"Ha hecho el Señor proezas con ellos".
Proezas ha hecho el Señor con nosotros, *
y estamos sumamente alegres.
Tú, oh Señor, has cambiado nuestra suerte, *
como los torrentes del Neguev.
Los que sembraron con lágrimas, *
con gritos de alegría segarán.
Los que van llorando, llevando la semilla, *
volverán entre cantares, trayendo sus gavillas.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación. 2 Corintios 5:17-18
Demos gracias a Dios.
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Señor, escucha nuestra oración;
Y llegue a ti nuestro clamor.
Bendito Salvador, en esta hora colgabas en la cruz, extendiendo tus brazos amorosos: Concede que todos los pueblos de la tierra miren hacia ti y sean salvos; por tu entrañable misericordia. Amén.
Se puede ofrecer intercesiones libres.
Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.
Oración Vespertina Diaria
Jesús dijo: "Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida". San Juan 8:12
Confesión de Pecado
Dios de misericordia, confesamos que hemos pecado contra ti por pensamiento, palabra y obra, por lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer. No te hemos amado con todo el corazón; no hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Sincera y humildemente nos arrepentimos. Por amor de tu Hijo Jesucristo, ten piedad de nosotros y perdónanos; así tu voluntad será nuestra alegría y andaremos por tus caminos, para gloria de tu Nombre. Amén.
Dios omnipotente tenga misericordia de nosotros, perdone todos nuestros pecados por Jesucristo nuestro Señor, nos fortalezca en toda bondad y por el poder del Espíritu Santo, nos conserve en la vida eterna. Amén.
Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!
Luz Alegrante Phos hilaron
Luz alegrante,
claridad pura del sempiterno Padre celestial,
Jesucristo, santo y bendito:
Ahora que hemos llegado al ocaso del sol,
y nuestros ojos miran la luz vespertina,
te alabamos con himnos, oh Dios: Padre,
Hijo y Espíritu Santo.
Digno eres de ser alabado en todos los tiempos
con voces gozosas,
oh Hijo de Dios, Dador de la vida;
por tanto te glorifica el universo entero.
Salmo 10
¿Por qué estás tan lejos, oh Señor, *
y te escondes en el tiempo de la tribulación?
Con arrogancia el malo persigue al pobre; *
será atrapado en las trampas que ha ideado;
Porque el malo se jacta del deseo de su corazón; *
en su codicia blasfema y desprecia al Señor.
El malo, por la altivez de su rostro, no tiene cuidado; *
no hay Dios en ninguno de sus pensamientos.
Sus caminos son torcidos en todo tiempo;
tus juicios los tiene muy lejos de su vista; *
a todos sus adversarios desafía.
Dice en su corazón: "No seré movido jamás; *
nunca me alcanzará el infortunio".
Llena está su boca de maldición, de engaños y de fraude; *
debajo de su lengua hay vejación y maldad.
Se sienta al acecho en los rincones de las plazas;
en escondrijos mata al inocente; *
sus ojos espían al desvalido.
Acecha en oculto, como el león desde su cueva;
acecha para arrebatar al humilde; *
arrebata al humilde trayéndolo a su red.
Se encoje, se agacha, *
y caen en sus fuertes garras muchos desdichados.
Dice el malo en su corazón: "Dios ha olvidado: *
ha encubierto su rostro; nunca lo verá".
¡Levántate, oh Señor; alza tu mano, oh Dios; *
no te olvides de los afligidos!
¿Por qué desprecia el malo a Dios? *
¿Por qué dice en su corazón: "Tú no le pedirás cuentas?"
Tú lo has visto; porque miras el trabajo y la vejación, *
para dar la recompensa con tu mano.
A ti se acoje el desvalido; *
tú eres el amparo del huérfano.
Quebranta tú el poder del inicuo, *
y persigue la maldad del malo, hasta que no halles ninguna.
El Señor es Rey eternamente y para siempre; *
de su tierra perecerán los impíos.
El deseo de los humildes seguramente escucharás, oh Señor; *
tú animas su corazón, y haces atento tu oído,
Para dar justicia al huérfano y al oprimido, *
a fin de que el terrígeno no vuelva a sembrar su terror.
Salmo 11
En el Señor he confiado; *
¿cómo dicen ustedes a mi alma: "Escapa al monte cual ave?
Porque he aquí, los malos tienden el arco,
y disponen sus saetas sobre la cuerda, *
para asaetar en oculto a los rectos de corazón;
Si fueren destruidos los fundamentos, *
¿qué ha de hacer el justo?"
El Señor está en su santo templo; *
el Señor tiene en el cielo su trono.
Sus ojos observan, sus párpados examinan *
a los habitantes de la tierra.
El Señor examina al justo y al malo; *
pero al que ama la violencia lo aborrece.
Sobre los malos hará llover brasas, fuego y azufre; *
viento abrasador será la porción de su cáliz;
Porque el Señor es justo, y ama la justicia; *
quien es recto mirará su rostro.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo:
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
San Lucas 20:9-18
Jesús se puso a contar a la gente esta parábola: «Un hombre plantó una viña, la arrendó a unos trabajadores y después se fue al extranjero por mucho tiempo. En el momento oportuno envió a un servidor a los inquilinos para que le entregaran su parte del fruto de la viña. Pero los inquilinos lo golpearon y lo hicieron volver con las manos vacías. Volvió a mandar a otro servidor, a quien también golpearon, lo insultaron y lo echaron con las manos vacías. Todavía mandó a un tercero, pero también a éste lo hirieron y lo echaron. El dueño de la viña se dijo entonces: ¿Qué hacer? Enviaré a mi hijo querido, pues a él lo respetarán. Pero los trabajadores, apenas lo vieron, se dijeron unos a otros: “Este es el heredero, matémoslo y nos quedaremos con la propiedad”. Lo arrojaron, pues, fuera de la viña y lo mataron. Ahora bien, ¿qué hará con ellos el dueño de la viña? Vendrá, hará morir a esos trabajadores y entregará la viña a otros.» Al oír esto, algunos dijeron: «¡No lo quiera Dios!» Jesús, fijando su mirada en ellos, les dijo: «¿Qué significan entonces esas palabras de la Escritura: La piedra que rechazaron los constructores ha venido a ser la piedra angular. El que caiga sobre esa piedra se hará pedazos, y al que le caiga encima quedará aplastado?»
Cántico de María Magnificat
San Lucas 1:46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, *
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, *
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí;
su Nombre es santo.
Su misericordia llega a sus fieles, *
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo; *
dispersa a los soberbios de corazón.
Derriba del trono a los poderosos, *
y enaltece a los humildes.
A los hambrientos los colma de bienes, *
y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, *
acordándose de la misericordia,
Como lo había prometido a nuestros padres, *
en favor de Abrahán y su descendencia para siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.
Plegarias
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.
Que esta noche sea santa, buena y pacífica,
Te rogamos, Señor.
Que tus santos ángeles nos conduzcan por los senderos de paz y de benevolencia,
Te rogamos, Señor.
Que nos perdones y absuelvas de nuestros pecados y ofensas,
Te rogamos, Señor.
Que haya paz para tu Iglesia y para todo el mundo,
Te rogamos, Señor.
Que partamos de esta vida en tu fe y temor, y no seamos condenados ante el gran tribunal de Cristo.
Te rogamos, Señor.
Que tu Espíritu Santo nos una en la comunión de todos tus santos, encomendándonos los unos a los otros y toda nuestra vida a Cristo,
Te rogamos, Señor.
Dios todopoderoso, danos gracia para despojarnos de las obras de las tinieblas y revestirnos con las armas de la luz, ahora en esta vida mortal, en la cual Jesucristo tu Hijo, con gran humildad, vino a visitarnos; a fin de que en el día postrero, cuando vuelva con majestad gloriosa a juzgar a vivos y muertos, resucitemos a la vida inmortal; mediante él, quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.
Oh Dios, tú eres la vida de los que viven, la luz de los fieles, la fortaleza de los que trabajan, y el descanso de los muertos: Te damos gracias por las bendiciones del día que termina, y humildemente te suplicamos nos des tu protección durante la noche que comienza. Llévanos en seguridad hasta las horas del alba; por aquél que murió y resucitó por nosotros, tu Hijo nuestro Salvador Jesucristo. Amén.
Quédate con nosotros, Señor Jesús, ahora que la noche se acerca y ha pasado el día. Sé nuestro compañero en el camino, enciende nuestros corazones, y despierta la esperanza, para que te conozcamos tal como te revelas en las Escrituras y en la fracción del pan. Concede esto por amor de tu Nombre. Amén.
Vela, oh amantísimo Señor, con los que trabajan, o velan, o lloran esta noche. A tus ángeles manda que guarden a los que duermen. Cuida a los enfermos, Cristo Señor; otorga reposo a los cansados, bendice a los moribundos, consuela a los que sufren, compadécete de los afligidos, escuda a los gozosos. Todo esto te pedimos por tu gran amor. Amén.
Puede seguir intercesiones y acciones de gracias.
Acción de Gracias en General
Dios omnipotente, Padre de toda misericordia, nosotros, indignos siervos tuyos, humildemente te damos gracias por todo tu amor y benignidad a nosotros y a todos los seres humanos. Te bendecimos por nuestra creación, preservación y todas las bendiciones de esta vida; pero sobre todo por tu amor inmensurable en la redención del mundo por nuestro Señor Jesucristo; por los medios de gracia, y la esperanza de gloria. Y te suplicamos nos hagas conscientes de tus bondades de tal manera que, con un corazón verdaderamente agradecido, proclamemos tus alabanzas, no sólo con nuestros labios, sino también con nuestras vidas, entregándonos a tu servicio y caminando en tu presencia, en santidad y justicia, todos los días de nuestra vida; por Jesucristo nuestro Señor, a quien, contigo y el Espíritu Santo, sea todo honor y gloria, por los siglos de los siglos. Amén.
Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.
Gloria a Dios, cuyo poder, actuando en nosotros, puede realizar todas las cosas infinitamente mejor de lo que podemos pedir o pensar: Gloria a él en la Iglesia de generación en generación, y en Cristo Jesús por los siglos de los siglos. Amén. Efesios 3:20, 21
Oficio de Completas
El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y un perfecto fin. Amén.
Nuestro auxilio está en el Nombre del Señor;
Que hizo el cielo y la tierra.
Confesión
Dios todopoderoso, nuestro Padre celestial:
Hemos pecado contra ti,
por nuestra propia culpa,
por pensamiento, palabra y obra,
y por lo que hemos dejado de hacer.
Por amor de tu Hijo nuestro Señor Jesucristo,
perdona nuestras ofensas
y concédenos que te sirvamos
en novedad de vida,
para gloria de tu Nombre. Amén
Que el Dios todopoderoso nos conceda el perdón de todos nuestros pecados, y la gracia y fortaleza del Espíritu Santo. Amén.
Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!
Salmo 91 Qui habitat
El que habita al abrigo del Altísimo, *
mora bajo la sombra del Omnipotente.
Dirá al Señor: "Refugio mío y castillo mío, *
mi Dios, en quien confío".
El te librará del lazo del cazador, *
de la peste destructora.
Con sus plumas te cubrirá,
y debajo de sus alas estarás seguro; *
escudo y adarga será su fidelidad.
No temerás espanto nocturno, *
ni saeta que vuele de día;
Ni pestilencia que acecha en la oscuridad, *
ni enfermedad que a mediodía desola.
Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra, *
mas a ti no te alcanzará.
Ciertamente con tus ojos mirarás, *
y verás la recompensa de los malvados;
Porque hiciste del Señor tu refugio, *
del Altísimo, tu habitación,
No te sobrevendrá mal alguno, *
ni plaga tocará tu morada.
Pues a sus ángeles mandará cerca de ti, *
que te guarden en todos tus caminos.
En las manos te llevarán, *
para que tu pie no tropiece en piedra.
Sobre el león y el áspid pisarás; *
hollarás al cachorro del león y a la serpiente.
"Por cuanto ha hecho pacto de amor conmigo, yo lo libraré; *
lo protegeré, por cuanto ha conocido mi Nombre.
Me invocará, y yo le responderé; *
con él estaré en la angustia; lo libraré, y le glorificaré.
Lo saciaré de largos días, *
y le mostraré mi salvación".
Salmo 134 Ecce nunc
Y ahora bendigan al Señor, siervos todos del Señor, *
los que de noche están de pie en la casa del Señor.
Eleven las manos hacia el santuario, y bendigan al Señor. *
El Señor que hizo los cielos y la tierra, te bendiga desde Sión.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Tú estás entre nosotros, oh Señor, y sobre nosotros es invocado tu Nombre; no nos desampares, Señor nuestro Dios. Jeremías 14:9, 22
Demos gracias a Dios.
Puede cantarse un himno adecuado para la noche.
En tus manos, oh Señor, encomiendo mi espíritu;
Tú me has redimido, oh Señor, Dios de verdad.
Guárdanos, oh Señor, como a la niña de tus ojos;
Escóndenos bajo la sombra de tus alas.
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Señor, escucha nuestra oración.
Y llegue a ti nuestro clamor.
Visita, oh Señor, este lugar, y ahuyenta de él todas las asechanzas del enemigo; que tus santos ángeles moren con nosotros para preservarnos en paz; y que tu bendición sea siempre sobre nosotros; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Oh Dios, tu providencia inagotable sustenta al mundo en que vivimos y aun nuestra propia vida: Vela, de día y de noche, por los que trabajan mientras otros duermen, y concede que jamás olvidemos que nuestra vida común depende de nuestras faenas mutuas; por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.
Puede observarse una pausa, durante la cual se puede ofrecer intercesiones y acciones de gracias espontáneas.
Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo, y dormidos descansemos en paz.
Ahora despides, Señor, a tu siervo, *
conforme a tu palabra, en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador, *
a quien has presentado ante todos los pueblos:
Luz para alumbrar a las naciones, *
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo, y dormidos descansemos en paz.
Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.
Que el Señor omnipotente y misericordioso: Padre, Hijo y Espíritu Santo, nos bendiga y nos guarde. Amén.
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